martes, 9 de junio de 2015

Visita de un Beatlemaniaco a Londres

Una vez terminado el viaje, y ya de vuelta a España en el avión os voy a contar cómo ha sido mi visita a Londres, desde el punto de vista de un beatlemaniaco. Este es el segundo artículo de una serie de tres artículos en los que hablaré sobre mi viaje a ver el concierto de Paul McCartney en la capital británica.



El primer día, después de llegar y dejar la maleta en el piso, nos fuimos a empezar a visitar cosas. Lo primero que fuimos a ver fue Baker Street, donde se sitúa la Beatles Store, además de la casa y museo de Sherlock Holmes. En esa tienda hay cosas increíbles, hay objetos que nunca habríais pensado que había merchandising de The Beatles. En esta tienda puedes encontrar desde una postal o una chapa a un albornoz, zapatillas de andar por casa y gorras pasando por placas, discos originales, discos de oro, autógrafos, posters... En definitiva, hay infinidad de objetos relacionados con The Beatles. Lo más caro que vi fue un papel autografiado por los cuatro beatles que costaba 6000 £. Yo me compré una placa simulando el cartel de Abbey Road y una postal, también de Abbey Road.
Cerca de Baker Street cogimos uno de esos autob
uses rojos tan grandes que pueblan la ciudad y nos dirigimos a Abbey Road, el paso de peatones más fotografiado del mundo. Allí hay siempre gente cruzando el paso de peatones. Cuando llegué, me puse la chaqueta y me quité las zapatillas, algunos de los que estaban allí se impresionaron cuando me vieron hacerlo. Crucé como diez veces y han salido fotos muy chulas. Una vez terminada la "sesión fotográfica", cogí mi rotulador y escribí dos cosas en el muro, no sin olvidarme de España ni del club.
Y aquí termina la parte planeada del viaje, a partir de ahora todo fueron sorpresas. La primera de ellas fue cuando llegamos a Charing Cross, cerca de Picadilly Circus. Allí está el musical Let It Be sobre The Beatles. Cuando nos pusimos al lado del teatro donde se representa el musical mi tío me dijo que grabáramos un vídeo para enviárselo a mi padres. Estábamos hablando de que al día siguiente veríamos a Paul McCartney y que estábamos delante de Let It Be cuando mi tío dice "pero lo que no sabe es que tengo entradas para ver el musical hoy". No os podéis imaginar mi cara de asombro. El espectáculo empezó poco después de la sorpresa. Van avanzando en la cronología de The Beatles, empiezan en The Cavern, van a la televisión, a Shea Stadium, al jardín de Sgt. Pepper's y finalmente a Abbey Road. Los músicos están muy bien caracterizados, sobre todo John, y tocan y cantan perfectamente, además usan ese humor característico de la banda de Liverpool. Es como volver a los años 60 y estar escuchando un concierto de The Beatles, que como preludio a escuchar a un verdadero Beatle no está nada mal. Cuando terminó el concierto me acerqué a hacerme una foto con el que hacía de Paul McCartney, cuando la hice me tocó el hombro y al darme la vuelta me regaló su púa. 
El día después del concierto de Paul McCartney fuimos al mercado Candem, allí había un graffiti muy chulo de John Lennon con el que me tiré una foto. En los puestos de Candem hay muchísimas cosas de The Beatles y mi tío dice que alguna vez ha visto las casacas de Sgt. Pepper's. En uno de los puestos me compré unas gafas como las de John Lennon.
Y ya para terminar, ese mismo día, caminando hacia Picadilly Circus vimos el Hard Rock Café y decidimos entrar. Hay montones de cosas expuestas que pertenecieron a algún beatle. Pero lo mejor está en la cámara acorazada, a la que hay visitas cada veinte minutos. Allí tenían unas gafas de John Lennon, el piano de All You Need Is Love, la chaqueta militar de John, firmas de los cuatro... Y lo más valioso de la cámara acorazada, la letra original, escrita a máquina y con anotaciones a mano, de Instant Karma de John Lennon, está valorado en más de dos millones de dólares.
Y eso es todo lo que recuerdo haber visto relacionado con The Beatles. Bueno, una anécdota es que el día del concierto estuve paseando por Londres con mi camiseta de The
Beatles en París y la sudadera de Abbey Road, y algunos londinenses me dijeron que les gustaban.
Me he dejado algunos lugares por visitar, pero eso lo dejo para la próxima vez que vaya a Londres, así tengo una razón más para volver.
Ya simplemente volver a agradecer, como en el artículo anterior a mis padres y a mi tío que hayan cumplido el sueño de este pequeño beatlemaniaco.
El próximo artículo, el último, estará totalmente dedicado al mejor día de todos los que he estado aquí y probablemente de mi vida, el concierto de Paul McCartney.


Jesús Jiménez Sánchez 

2 comentarios:

  1. En mi último viaje a Londres descubrí por casualidad hojeando la guía que en la National Library, además de tener expuestas una de las biblias de Gutemberg, la Carta Magna, o el original del Mesías de Haendel, también tenían una vitrina con varias letras originales de canciones de los Beatles escritas por ellos mismos. Además, al lado tenías unos altavoces para escuchar las canciones de que se trata, por lo que es una experiencia fantástica escuchar esos temas leyendo la letra ofrecida por los mismísimos autores.

    Muchas gracias por estas entradas, me están gustando muchísimo.

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    1. Pues no sabía eso, ya tengo una razón más para volver a Londres.
      Y gracias por tu comentario, es genial ^.^

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