jueves, 26 de septiembre de 2013

Stuart Suttcliffe: Un Beatle como cualquier otro

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Stuart Suttcliffe nació en Edimburgo (Escocia), el 23 de junio de 1940. Su padre, funcionario de profesión, se trasladó a Liverpool durante la guerra. Su madre era maestra.Ingresó en Bellas Artes al terminar sus estudios secundarios, e inmediatamente reveló un talento prodigioso y de deslumbrante diversidad.
 
A principios de 1959, el camino del estudiante mas prometedor de la escuela de Bellas Artes, se cruzó con el del mas apático y falto de inspiración. En el pub Ye Cracke, Stu comenzó a charlar con John Lennon.
 
Si bien el interés de Stu por el rock and roll era puramente romántico y visual, utilizó un premio de 65 libras que ganó en la Exposición John Moores para comprarse un bajo e ingresar de esa forma al "conjunto de John". Que no supiera tocar ningún instrumento no parecía obstáculo.
 
Fue una noche de junio o julio de 1960 cuando los "Silver Beatles" tras una actuación en el Ayuntamiento de Litherland, en Liverpool, sufrieron una emboscada a la salida. Como consecuencia de la pelea, Stu recibió una patada en la cabeza. Su madre lo encontró en su pieza sangrando pero él le prohibió terminantemente llamar a un médico bajo amenaza de marcharse de su casa para siempre.
 
En la primera excursión por Hamburgo, entre agosto y diciembre de 1960, Stu conoció a la fotógrafa Astrid Kirchher, dos años mayor que él. Fue amor a primera vista. Si bien había mejorado un poco su capacidad para con el bajo, su poca idoneidad lo hacía blanco constante de los dardos de Paul McCartney que deseaba tomar su puesto. Stu finalmente, reconoció que no tenía interés alguno en el rock and roll y que todo lo que quería era volver a pintar. Para la segunda visita de Los Beatles a Hamburgo en abril de 1961, Stu decidió abandonar la banda y quedarse a vivir junto con Astrid, creadora también del famoso peinado Beatle y autora de la mayoría de las fotos de la etapa en Hamburgo. Fue apartándose gradualmente, sin rencor, contento de comprobar la facilidad con que estrechaban filas tras su deserción. Paul, como tanto había ansiado, ocupó el puesto de bajista. La última gestión de Stu para los Beatles fue notificar a Allan Williams de retenerle su comisión del diez por ciento.
 
Durante el primer mes llevó una doble vida, estudiando durante el día y tocando en el club Top Ten durante la noche. Vivió días enteros sin dormir una hora, sosteniéndose en base a píldoras, bebidas y la febril excitación que le producía su trabajo.
Las neuralgias que había empezado a sufrir comenzaron a aumentar en intensidad y frecuencia. A veces, el dolor le producía una especie de ataque que le hacía golpearse la cabeza contra la pared y luego, tan repentinamente como había aparecido, la angustia se desvanecía.
Para cuando Stu y Astrid visitaron Liverpool en la navidad de 1961, sus amigos y familiares se asombraron de lo flaco y pálido que estaba. Stu confesó a su madre que desde hacía mucho tiempo sufría terribles dolores de cabeza que en alguna ocasión hasta le habían hecho perder el sentido.
 
En febrero de 1962, volvió a sufrir un desvanecimiento en clase. En marzo, los dolores de cabeza se presentaron acompañados de ceguera temporal. El 10 de abril tras una nueva descompensación, Stuart Suttcliffe murió en una ambulancia camino al hospital en brazos de su novia Astrid. Era el día que Los Beatles llegaban a Hamburgo para actuar como figuras principales en el recientemente inaugurado Star Club. La causa de la muerte se determinó oficialmente como "Parálisis cerebral, debida a una hemorragia en el ventrículo derecho del cerebro". "Aunque Stuart hubiera vivido se hubiera quedado ciego y probablemente paralítico. No hubiera podido pintar. Hubiera preferido morirse". Dijo Astrid Kirchher. 
 
Finalmente se vio, a través de las últimas radiografías tomadas a Stu, la presencia de un tumor cerebral. Estudiando la pequeña sombra del tumor y la zona hundida que parecía oprimirla, la madre de Stu, Millie Suttcliffe, recordó una noche de 1960, cuando Stu tocaba el bajo con los Beatles, que se lo encontró en su cuarto, sangrando por la cabeza, de una patada que hábía recibido en una pelea al salir del ayuntamiento de Litherland.
 
Los Beatles homenajearon a Stu poniéndolo como uno de sus héroes en la portada de "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band". Y bien merecido que lo tenía. Fue tan Beatle como cualquiera de los otros cuatro (o cinco...)

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