miércoles, 17 de junio de 2015

Mi concierto de Paul McCartney

Ya estoy en mi casa, llevo aquí unos días, y ahora voy a contaros la parte más importante del viaje a Londres y la razón de este: el concierto de Paul McCartney. Se puede resumir en una sola palabra, inolvidable.

El concierto está plagado de momentos increíbles, pero voy a empezar desde el principio. Cuando nos bajamos del metro y salimos al O2, el lugar donde se celebraba el concierto lo primero que vi era un enorme cartel en una pantalla anunciando el concierto. Más adelante había, como dando la bienvenida, carteles con el nombre de Paul McCartney, dándole la bienvenida a Londres y fotos suyas. Por supuesto me hice fotos con todos y cada uno de los carteles. Antes de entrar al O2 había una tienda de merchandising en la que me encontré con unos españoles muy majos que me firmaron el cartel que llevaba por detrás, ya que seguramente no tendría la firma de Paul se me ocurrió la idea de que los españoles que me encontrara me firmaran el cartel por detrás.


Una vez que entramos en el estadio compramos el merchandising y nos fuimos yendo hacia la entrada. Llegamos a nuestro sitio y nos sentamos. El espectáculo comenzó justo a tiempo, pero ojo, el espectáculo, no el concierto. A las ocho en punto empezaron a poner imágenes y vídeos de Paul McCartney en sus tres etapas: Beatles, Wings y solitario. Pero además de Paul McCartney también hubo momentos para George Harrison, John Lennon y Ringo Starr, en forma de pequeños homenajes.
Y a las ocho y media llegó el momento que todos allí estábamos esperando, sonaron las últimas notas de The End mientras aparecía el bajo de Paul en las pantallas y salió Paul McCartney acompañado de su banda al escenario. Cuando terminó de saludar, sin una palabra, empezó a tocar Eight Days A Week.


Más tarde, después de unas cuantas canciones llegó la primera sorpresa de la noche, Paul McCartney tocó por primera vez en directo Temporary Secretary, del álbum McCartney II.
Como teníamos unos asientos bastante malos, mi tío salió un momento y cuando volvió me dijo "¿Quieres verlo desde un sitio mejor?", por supuesto yo dije que sí y lo seguí después de coger todas mis cosas rápidamente. Cuando llegamos a los nuevos asientos se veía perfecto, tanto a Paul como a las pantallas que lo sacan todo el rato. Y ahí estuvimos el resto del concierto. Hubo un momento en el que me asusté porque vi a uno de seguridad cerca mirando hacia arriba, pero se acercó a otros y los echó del concierto, aun no sé por qué.


Para las canciones Blackbird y Here Today se colocó en una plataforma que se elevó y mientras las tocaba había unos efectos bastante chulos con las pantallas que había por todo el escenario como si fuera una cascada. Y en Live And Let Die aparecieron los acostumbrados y espectaculares fuegos artificiales y fuego mientras Paul cantaba y tocaba el piano de pie y sus compañeros de banda corrían y saltaban por todo el escenario.
La segunda sorpresa que nos dio Paul en el concierto fue la aparición de Dave Grohl para tocar I Saw Her Standing There con Paul y su banda, fue un momento increíble y con esto terminó la primera parte del concierto.
Cuando volvió nos dio otra sorpresa tocando Another Girl por primera vez en Occidente, hasta ahora solo la había tocado en Japón. 

Ya fueron Yesterday, que era su 50 aniversario, por eso tantas sorpresas, y Something. Para finalizar la segunda parte tocó Hey Jude haciendo cantar a todo el O2, hombres, mujeres y todos juntos. Es increíble ver a todo el mundo cantando al mismo tiempo con Paul, en Hey Jude y en otras como Something, Yesterday, Ob-La-Di Ob-La-Da y algunas más.




Y terminó su concierto con el medley de Abbey Road, Golden Slumbers, Carry That Wheight y The End, que tuvo solos de los tres guitarristas, incluido Paul. Y al terminar tiraron confeti y McCartney estuvo un rato saludando para terminar yéndose.
He de confesar que aunque pensaba que lloraría al ver a Paul McCartney al salir al escenario no llegué a hacerlo, simplemente me emocioné y me dieron ganas de hacerlo, cuando salió y cuando tocó Something, que me parece preciosa la versión de la canción de Harrison que hace McCartney con el ukelele, esos fueron los únicos momentos en los que estuve a punto de llorar.


También hay que decir que para la edad que tiene Paul, 72 años tiene al momento de escribir esto y cumple 73 la semana que viene, está lleno de energía. Paul salta, corre, se agacha, baila... en definitiva, está en plena forma y nos queda Paul McCartney para rato.
Estas son las cosas que recuerdo ahora mismo, aunque podría tirarme horas hablando de cada detalle del concierto y se me haría muy largo el artículo. Pero voy a ir despidiéndome ya y como siempre y en este más que nunca, darle las gracias a mi tío y a mis padres por hacer realidad el sueño de este pequeño beatlemaniaco y a vosotros por leerme artículo tras artículo y apoyar esta serie.
Jesús Jiménez Sánchez



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