lunes, 22 de junio de 2015

"Merci Paul". La mágica noche de Paul McCartney en Marsella

El pasado 5 de junio, Paul McCartney trajo su Out There Tour a Marsella (Francia). Tuve la suerte de poder ser uno de los 40.000 fans que asistimos. A pesar de sufrir un percance pocos días antes de viajar a esta ciudad francesa, pude llegar bien y disfrutar del viaje mágico que Macca tenía preparado para sorprendernos. Un viaje por algunos de los mayores éxitos y más conocidas canciones del pasado siglo y del actual. Un viaje de casi tres horas de duración y 41 canciones inolvidables.


           Tras algunas horas de espera, después de comprar productos y mercancía (camisetas, posters, recuerdos...) por fin pudimos escuchar a Paul calentar al otro lado de los enormes muros del velódromo de Marsella. Mientras ensayaba diferentes temas (que después no tocaría en el concierto), tuve “la suerte” de poder entrar el primero. “Suerte” debido al accidente que tuve unos días antes. En mi situación, dejaron que fuera yo quien entrase primero. Estuvieron a punto de dejarme entrar en medio de la prueba de sonido, para verlo, pero al final tuve que “conformarme” con escucharlo desde la puerta. No hay mal que por bien no venga. Al terminar de ensayar, por fin se abrieron las puertas y vi como todos los 'Maccamaníacos' corrían para poder coger el mejor sitio.


            Sentado en las gradas del estadio deportivo, esperando a que empezase el show (como Paul canta en su canción de 1975 'Venus And Mars'), un DJ nos deleitó con divertidos mixes de canciones de The Beatles, Wings, y Paul en solitario durante bastante tiempo, a la vez que en las pantallas se proyectaban fantásticas imágenes de toda la trayectoria del Sir.



            Por fin, las luces se apagaron y mientras en las enormes pantallas se dibujaba un bajo Hofner (el que el artista usa) con luces, Paul apareció y nos saludó a nosotros, al ruidoso y excitado público. Empezar con un número uno de The Beatles como 'Eight Days A Week' siempre ayuda para calentar al público. Después, el tema rockero que abre su más reciente álbum, 'Save Us', con el que nos volvimos locos. 'Got To Get You Into My Life' de The Beatles, y 'Listen To What The Man Said' de Wings, hicieron saltar y bailar a aquellos que estaban en las primeras filas. El tema electrónico 'Temporary Secretary', recientemente incorporada por primera vez al repertorio a pesar de tener ya 35 años, nos hipnotizó a los presentes. Cambió su conocido bajo por la guitarra eléctrica original que usó en el single en los 60 para 'Paperback Writer', y volvió a cambiar de guitarra para la fantástica 'Let Me Roll It' y su tributo a Jimi Hendrix, con 'Foxy Lady'.



            Tras esto, subió al piano y le cantó la romántica 'My Valentine' a Nancy Shevell, su actual esposa, con las imágenes de Johnny Depp y Natalie Portman en el video original, en las pantallas. Para los “Wings fans” empezó con el sorprendente 'Nineteen Hundred And Eighty Five', uno de los (muchos) momentos triunfales del concierto. Tras 'The Long And Winding Road', Paul le dedicó 'Maybe I'm Amazed' a su primera mujer, Linda McCartney, fallecida en 1998.



            Con la guitarra acústica no pudo evitar cantarnos clásicos de The Beatles como 'I've Just Seen A Face', 'We Can Work It Out' o la bonita 'And I Love Her' (moviendo las caderas), y combinó su primer single ('Another Day') con el más reciente ('Hope For The Future'). Mientras lo elevaban en una especie de de cubo con imágenes de una cascada, una flor y el mundo, y esta vez únicamente acompañado de su guitarra, tocó la hermosa 'Blackbird', al igual que su emotivo homenaje a John Lennon 'Here Today', canción en la que nos habla de una conversación entre ambos que nunca tuvo lugar.



            Una vez bajó del cubo, se encontraba detrás de él el piano mágico de colores, con el que, otra vez con la banda, cantó la alegre 'New', tema que da nombre a su disco de 2013, y 'Queenie Eye', de dicho disco también. Era el turno de 'Lady Madonna', y una vez acabado volvió a la guitarra con la infantil 'All Together Now', perteneciente a la película Yellow Submarine. En Francia no podía faltar, como es obvio, 'Michelle' del Rubber Soul de The Beatles. Nos presentó el siguiente tema como uno que apareció en Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, y arrancó con 'Lovely Rita' para después seguir con 'Being For The Benefit of Mr. Kite!' (también del Sgt. Pepper), no sin antes presentarnos la nostálgica 'Eleanor Rigby'. Llegó el momento de recordar a su amigo George Harrison, su “hermano pequeño”, con el ukelele en 'Something' para cambiar a la acústica a la vez que su compañero tocaba el increíble solo en la eléctrica, mientras se exponían detrás de él bellas imágenes de George y Paul juntos.



            Volvió al bajo para 'Ob-La-Di, Ob-La-Da' y animó al publico a unirse a cantarla. Tocó el clásico de Wings 'Band On The Run' y nos hizo “volar” a la Unión Soviética con la rockera 'Back In the U.S.S.R.'. En el piano, con 'Let It Be', la gente sacó sus mecheros y móviles para iluminar el estadio y, finalmente, llegó el turno de la increíble 'Live And Let Die', momento cumbre, con muchos fuegos artificiales y luces. Simplemente increíble. Antes de retirarse, después de los estruendos del anterior tema, volvió al piano mágico y empezó con las primeras notas de 'Hey Jude' para acabar con el genial final donde todos los presentes cantamos “Na, na, na, na, na, na, na, na, na, na, na, na, hey, Jude.”



            Al cabo de un par de minutos, volvió. La gente lo reclamaba. Hondeó la bandera francesa y mencionó que 'Another Girl' no la ha tocado nunca en Francia antes, la estrenaba esa noche (como otros tantos, sinceramente). Al acabar, tocó un último tema de su etapa con Wings, 'Hi, Hi, Hi'. La gente bailaba, saltaba y cantaba. Sonó 'Can't Buy Me Love', éxito del 64 de The Beatles, con imágenes de sus ex-compañeros en su primera película, A Hard Day's Night. Se fue, esta vez sin despedirse, pero debido a la euforia del publico volvió con la guitarra acústica para cantar la hermosa 'Yesterday', que cumple por estas fechas 50 años. Pero el show no había terminado, porque la banda sacudió el escenario con un tema hard rock de The Beatles, 'Helter Skelter'. Ahora sí, llegó la despedida, Paul dio las gracias a su banda, los técnicos y al público, y empezó al piano con la conocida mezcla final de Abbey Road, 'Golden Slumbers/Carry That Weight/The End' para acabar con el famoso duelo de guitarras (originalmente entre John, George y Paul), después del (único) solo de batería de Ringo. Paul ha demostrado, una vez más, que sigue en plena forma. Sigue tocando sin apenas descanso y haciendo los sueños realidad a muchos admiradores. Fans como yo.



            “And in the end, the love you take is equal to the love you make”. Así es. Al final, el amor que recibes es igual al amor que tú das. Paul recibe mucho amor del público. Paul nos ha dado mucho amor al público.
“All you need is Paul”. “We love Paul. Yeah! Yeah! Yeah!”



Aitzol  Zubizarreta

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