domingo, 20 de abril de 2014

Welcome back, sir Paul

Uno de los músicos más influyentes de los últimos 50 años vuelve a Montevideo con la energía y el talento intactos



La carrera de Paul McCartney no puede compararse con la de ningún músico vivo. El monstruo bicéfalo Lennon-McCartney fue la firma más prestigiosa de la música del siglo XX, no solo por el éxito escandaloso que tuvieron y que tienen Los Beatles en públicos de diferentes generaciones, sino por la influencia que ejercieron en la música toda.

McCartney fue el primer exbeatle en lanzar un trabajo como solista y mantuvo su éxito con el público a través de las décadas. A los 71 años, conserva su voz y energía en el escenario, de tal manera que está en forma como para repetir el éxito rotundo que tuvo en su primera presentación en Montevideo, hace dos años.

Nació el 18 de junio de 1942, en Liverpool, Inglaterra, hijo de una enfermera y un vendedor, que también tocaba el piano en una banda de jazz. Incentivado por su padre, Paul aprendió a tocar varios instrumentos desde niño, con una facilidad prodigiosa: guitarra española, trompeta y piano dejaron de tener secretos para él.

Fue en 1957: “Cuando conocí a Paul, ahí empezó todo”. Lo dijo Lennon, pero podría haberlo dicho McCartney de John. Esa dupla cambió la música y varios paradigmas relacionados a la música y la juventud en la sociedad occidental.

La razón fundamental por la que sucedió esa revolución musical a partir de Los Beatles fue la calidad y osadía de las canciones que componía Lenon-McCartney.

La autoría era esa. Nunca firmaban por separado música y letra, aunque se ha establecido que McCartney tenía cierta preponderancia en la primera y Lennon en la segunda, más allá de que hay canciones clásicas de Lennon y otras típicas de McCartney.

Además de dar vuelta la música, inventando estructuras, arreglos y composiciones sonoras sorprendentes, Los Beatles cambiaron para siempre una serie de verdades establecidas en la música y en la cultura pop.

Llevaron la irreverencia al poder; introdujeron la psicodelia en la cultura dominante; fueron pioneros de los videos musicales; afianzaron la idea del disco como obra; destronaron a las bandas “prefabricadas”; hicieron que el pelo largo en los hombres no solo fuera aceptable, sino deseable.
Su carrera como solista no alcanza esas alturas ni en cuanto a calidad ni a popularidad, pero, aún así, McCartney (1970) fue un gran éxito y también su carrera con la banda The Wings en los años 70. En 1980, fue arrestado en Japón por posesión de marihuana y poco después fue asesinado su exsocio Lennon.

McCartney no volvió a tocar en vivo hasta 1989, aunque continuó componiendo y colaborando con otros músicos como Stevie Wonder y MIchael Jackson.



En los años 90, McCartney trabajó con George Harrison y Ringo Starr en la serie documental The Beatles Anthology.

Desde entonces, ha seguido tocando en vivo y en estudios con gran aceptación del público. En 2012, McCartney sacó el disco Kisses on the Bottom, con versiones propias de sus canciones preferidas de la infancia, incluidos algunos clásicos como It´s Only a Paper Moon y My Valentine.
El recital que dio en el Centenario en 2012 fue uno de los grandes momentos musicales que ha vivido la capital uruguaya, desde que empezó con Hello, goodbye hasta que se despidió con The end.

Entre tantos músicos y bandas que se niegan a envejecer y que medran con el buen nombre que generaron décadas atrás, Paul McCartney es un ejemplo de profesionalismo, que le hace honor a su fama, como lo demostró durante las dos horas y las 37 canciones que hizo hace dos años en el estadio, con una banda excelente, un repertorio irreprochable y una presencia inolvidable.

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