domingo, 23 de febrero de 2014

La vi parada ahí. Una secretaria para Los Beatles

Freda Kelly tenía uno de los trabajos más codiciados del mundo y fue testigo de excepción de una época. Todos conocemos a John, Paul, George y Ringo. Conozcamos ahora a la alegre Freda.


Conocí una vez a un grupo de mujeres que pertenecían a un club de fans de Sandro. Probablemente ustedes las hayan visto en la televisión, cuando el ídolo, en sus varias visitas a las clínicas por sus habituales problemas de salud, las saludaba desde la ventana. En este caso, mujeres adultas en su mayoría, que profesaban religiosamente un culto profundo hacia el creador de "Rosa Rosa". Uno tiende a menospreciar a estos clubes: el prejuicio se instala y los ejemplos de mujeres (y hombres también) al borde de un ataque de nervios, las corridas, los gritos agudos, los desmayos, las colas para conseguir entradas, no ayudan para tomarse el tema muy en serio.
El documental de Ryan White se centra en un personaje: Freda Kelly; una mujer inglesa, de sesenta y pico de años, con hijos y nietos que decide ahora y después de cincuenta años, contar parte de su vida, la que va de sus 17 a sus 28 años de edad. Esta alegre mujer que tiene casi siempre dibujada una sonrisa en su rostro, fue fan de una banda e hizo carrera dentro de ese mismo club, convirtiéndose en la encargada total del mismo.
La historia de una fan en si misma, podría no ser más interesante que la de cualquier persona común, y probablemente no se hubiese hecho una película sobre ello, si la banda de la cual Freda fue fan y secretaria, no hubiera sido otra que "The Beatles".
La película, de narrativa clásica y agradable visionado, no es precisamente una pieza cinematográfica exquisita. Su interés está construido sobre dos pilares: uno es obviamente el mito Beatle que siempre puede aportar algo nuevo, algo todavía no conocido (como hay algunas perlas en este caso) sobre esta maravillosa banda de músicos, a la cual probablemente nunca nadie superará; el otro tiene que ver con un ser humano entrañable, con características poco comunes hoy en día: la humildad, la honestidad y la lealtad.
Hoy, cuando tantísima gente busca sacar partido de sus relaciones, cuando tantos otros (mediáticos y no tanto) se degradan por cinco minutos de fama o cuando el negocio se conforma como único patrón de vida, la dulce y querida Freda, nos da una bella clase de humanidad al son de inolvidables melodías.
Sus primeros pasos en The Cavern, cuando era una adolescente que se escapaba de casa para conocer a esa nueva banda de la que todos hablaban en Liverpool la convierten prontamente en una fan del grupo. Fan organizada y atenta, característica que rápidamente observa el joven Brian Epstein, quien luego de fichar a los Beatles, la contrata como secretaria del club de fans.
A partir de allí, la película recorre el intenso camino de diez años de la banda hasta su disolución, de la mano de Freda y de sus anécdotas sobre diversas cuestiones.
Un tópico que aborda con bastante material, es el que tiene que ver con las familias de los cuatro de Liverpool, particularmente con la de Ringo, con quien Freda tenía una más estrecha relación. También hay momentos para que la precoz secretaría defina los humores de cada uno de ellos, inclusive cuando cuenta que John era el más cabrón y que una vez la despidió medio en serio medio en chiste y al final tuvo que pedirle disculpas de rodillas.
Muy lindas son las imágenes de cuando los nombran ciudadanos ilustres de Liverpool con tanta gente en las calles y los Beatles en el balcón, saludando a su público. Freda lo recuerda desde el mismo lugar.
La película habla mucho con Freda, pero también hay otros entrevistados que tuvieron mucho que ver con el mundo beatle de los 60 como así también con su hija, quien da un bello testimonio de su madre, destacando la mencionada humildad y honestidad de la mujer. Un muestreo del cotillón que atesora Freda en el altillo de su departamento, haría las delicias de los coleccionistas. Freda tuvo (y tal vez tenga) allí, una pequeña fortuna; hasta guarda algo de pelo de George. Pero, como ella misma dice: la fama y el dinero no pueden curar el cáncer, en probable alusión a la causa de la muerte de su hijo varón.
"Su historia humaniza a The Beatles de una forma que nadie ha podido hacer antes. Eran unos chavales que de repente se convirtieron en un fenómeno mundial. Y Freda estuvo allí para ellos en todo momento", indicó White, quien no dudó en preguntarle si salió con alguno de los componentes.
La película difícilmente pueda disgustarle a alguien (con excepción claro, de Terence Davies); la mejor banda de rock&pop de todos los tiempos, una década inolvidable para la humanidad y la presencia de un ser querible por ser quien es y por estar con quien estuvo.

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