Un gran mural con la silueta de George, Paul, Ringo y John –en el mismo orden en que cruzaban aquel paso de cebra de Abbey Road- colgaba anoche tras el escenario de la madrileña sala Joy Eslava. Era como si, antes si quiera de que comenzasen las actuaciones, se percibiera en el ambiente la presencia de los Fab Four. Uno se imaginaba a los cuatro de Liverpool observando desde algún lugar dibujando una sonrisa y pensando en voz alta: “A ver qué hacéis estas noche con nuestras canciones…” Porque había respeto, mucho respeto entre los músicos que se congregaron ayer en A hard Thursday’s night para rendir homenaje al legendario repertorio de los Betales justo cuando este año se cumple medio siglo del lanzamiento de su primer disco, Please please me. “En mi casa casi van antes los Beatles y después Jesucristo”, comentaba Luis A. Segura de L.A. a ROLLING STONE entre bambalinas minutos antes del concierto. “He hecho versiones de otros artistas pero nunca de los Beatles, me da respeto”, confiesa el mallorquín. Su actuación se convirtió, sin duda, en uno de los mejores momentos de la noche; eligió Girl, de su disco favorito, Rubber soul, que interpretó a solas con guitarra acústica.
Por las tablas de la Joy pasaron además Coque Malla, Sidonie, Rubén Pozo, Marlango, Pasajero,Russian Red, Mucho, Georgina, Rufus T Firefly, Smile, Rozalén, Nora Norman, Miss Caffeina, Tuya y Aurora. Cada ofreció su particular adaptación de un cancionero universal. Pero saltémonos la norma y comencemos por lo más curioso: el final, protagonizado por –quizás- la mejor banda en directo de la escena nacional, Los Coronas. “¡Que les den a los Beatles!”, gritabaFernando Pardo. “¡Ya está bien de tanto Beatles tanto Beatles! Hay que mirar al futuro”, ironizaba el guitarrista. La presencia de un grupo instrumental como Los Coronas en aquel tributo no dejaba de resultar curiosa. Tal y como explicó Pardo, aquello era "una extraña broma del karma": a principios de los años sesenta los reyes del rock and roll era el grupo instrumental The Shadows… “Hasta que llegaron los Beatles. Y aquí estamos, un grupos de rock instrumental homenajeando a los Beatles en plan Shadows. Hay que tener valor”. Y lo demostraron con dos incendiarias versiones deDon’t bother me y Day Tripper, con la que cerraron una noche en la que, ¡ay!, aquellos interludios entre actuaciones escuchando de fondo Eye of the tiger de Survivor, Europa de Santana o Hold the linede Toto empañaban un poco el ambiente.
Pero antes hubo otros homenajes: algunos acertados y otros irregulares. Entre lo mejor encontramos la adaptación blues-soul de Get back que interpretó Rozalén; uno de los músicos de su banda había enfermado justo antes de la actuación, así que la jienense salió acompañada por un guitarrista con acústica para defender con mucha valentía aquel tema totémico que cierra el álbum Let it be. “Esto nos da mucho vértigo”, reconoció la cantautora, que tras su actuación se ganó uno de los aplausos más entusiastas del público.
Los que también se ganaron al personal fueron Smile. La banda de Getxo, a punto de lanzar nuevo álbum, Out of season, impregnaron de aromas folkies Mother’s Nature y All you need is love. Un par de actuaciones antes, Pasajero se encargaron de abrir el espectáculo con firmeza ejecutando con suma solidez Revolution y Something. “Hemos hecho lo que hemos podido”, dijo Daniel Arias. Otros de los retos de la noche era atreverse con la psicodélica Tomorrow never knows, empresa que solventaron con pasmosa fluidez Rufus T Firefly, a lo que siguió una versión de I've got a feelingque hiceron suya los integrantes de Mucho, con un Martí Perarnau inspirado sobre el escenario y embutido en una ceñida chaqueta de cuero.
También sonaron personales las adaptaciones que mostró Russiand Red, con guitarra eléctrica colgada, de I’ve just seen a face y It’s only love, mientras que la actuación de Rubén Pozo sumó enteros con el apoyo de Sidonie para hacer Love me do –hasta entonces la primera versión de la noche de un tema del disco Please please me-. Por su parte, a Marlango le vino como anillo al dedo la adaptación de la cabaretera When I’m 64, momento que recordó a aquel primer sonido que defendían Leonor Watling, Alejandro Pelayo y Óscar Ybarra -ausente anoche- en su primer disco. Y no nos olvidemos de la elegante factura rockera que imprimió Coque Malla y su banda –Charly Bautista, Marc Hernández y Gabriel Marijuán- a Every Little thing y, sobre todo, Why don’t we do it in the road, sin duda uno de los momentos álgidos de la noche.
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