EL día 9, John Lennon cumpliría 73 años. Se trata de uno de esos personajes que pertenecen al acervo cultural común a nivel mundial: casi no hay que decir quién fue. Tampoco lo que significó en la historia de la música. Joven contradictorio, hombre extremadamente crítico con el sistema, disfrutó de los lujos capitalistas y condenó su estructura económica inmoral.
En el libro "Los 60 son nuestros y los 70 también" (Grupo Joly. 2009), inencontrable ya, cuenta José Ángel Pérez cómo a Quique Medina, amigo y vecino mío del Barrio Alto, y cantante de Los Meles, "conjunto" que ensayaba en el local juvenil de la Parroquia de San José, lo atropelló un coche cuando iba en bici por la Carretera de Sierra Alhamilla. Era el Rolls Royce de John Lennon. El beatle, aquel septiembre de 1966, rodaba en Almería la película "Cómo gané la guerra", tan mala como él mismo en su faceta de actor. El accidente le dejó a Quique secuelas en una pierna que lo libraron de hacer la mili en el Sáhara.
Hace algunos años organicé unas actividades con mis alumnos de 6º de Primaria sobre la canción Imagine, que Lennon grabó en 1971. Una de ellas fue traducirla al español y adaptarla para cantarla de forma coral. También me hice de un video sobre la canción que había sido emitido por televisión. Sometí la letra traducida y la película a la consideración de un compañero antes de presentárselas a los niños: no le gustó su mensaje. Hombre conservador, no vio bien que se enseñara a los niños las ideas contenidas en la canción, contrarias al orden económico, al concepto de nación y a la idea religiosa, aunque también fuese un alegato en favor de la paz y la concordia: "Imagina que no hay países", decía, "nada por lo que matar o morir / ni religiones tampoco / Imagina a toda la gente / viviendo la vida en paz". Y añadía: "Imagina que no hay posesiones / ninguna necesidad de codicia o hambre / una hermandad del hombre / Imagina a toda la gente / compartiendo todo el mundo..."
En aquella Almería de 1966, conmocionada por el reciente incidente de las bombas de Palomares, el fundador de los Beatles se limitó a aburrirse mucho y a escribir Strawberry Fields Forever: "Vivir con los ojos cerrados es fácil / entendiendo mal todo lo que se ve. / Se está poniendo difícil ser alguien / pero todo se resuelve / no me importa mucho". Jamás hubiera concebido aquí la canción que solo cinco años después le definiría.
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