domingo, 29 de septiembre de 2013

Quedó traumatizado

George Harrison pasó su vida en busca de Dios.

Quedó traumatizado.
George Harrison pasó su vida en busca de Dios. Viajó varias veces a India para aprender a meditar con los grandes maestros hindúes y, poco antes de morir en 2001, pidió que esparcieran sus cenizas sobre el sagrado río Ganges. Siempre se ha creído que esa espiritualidad lo llevó a alejarse de las cámaras y del glamour de la vida pública.

Según una nueva biografía titulada Behind the Locked Door, el beatle no se refugió en la religión por seguir una moda, sino porque la fama lo perturbó profundamente: “El terror de estar siempre de gira, los alaridos de los fanáticos, las amenazas de muerte… toda esa intrusión y paranoia lo traumatizaron. George siempre quiso irse lo más lejos posible del mundo civilizado”, revela por primera vez su esposa, Olivia. Ese miedo empezó en 1966 cuando un gentío lo atacó y casi lo mata en el aeropuerto de Manila mientras estaba de tour con la banda. Desde ese momento se sintió tan vulnerable que desarrolló un miedo patológico a las muchedumbres. El libro, escrito por el escocés Graeme Thomson, salió a la venta la semana pasada en Reino Unido.

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