Estaba frente a cien personas en un café de Nashville cuando abrió su corazón y dedicó la canción Bluebell a su madre, Linda McCartney, que había fallecido con 56 años. No fue un momento fácil. Suponía dar un paso más en la curación de viejas heridas, por fortuna hoy en día ya cerradas. Aun así, le duele recordar la muerte de su madre. «Cuando murió, mi padre le dijo: ‘Imagina que estás montando a Blanket y haciendo sonar sus campanillas’». Blanket era su caballo. «Esas fueron las últimas palabras que mi padre dedicó a mi madre y la canción vino de ahí. Mi madre era genial. Creo que era una gran persona».
Para algunos no deja de ser sorprendente que un hecho trágico como la muerte de Linda, a causa de un cáncer de mama, llevara a su hijo, de 35 años, a escribir una canción tan bonita. James perdió a su madre a los 20, lo que marcó un periodo oscuro en su vida.
Rehuía de su padre y poco a poco se fue adentrando en un mundo de drogas y bebida. Cuando comenzó a experimentar con drogas duras, como la ketamina, incluso sus hermanas, Mary y Stella, cortaron cualquier tipo de relación con su hermano.James se distanció aún más de su padre. Tanto que se mostró indiferente a la relación y posterior matrimonio de Paul con la modelo Heather Mills, de 45 años.
Después de muchos años de angustia y de toda la amargura que vivieron en aquellos momentos, James y Paul se han reconciliado. Ahora se siente capaz de encontrar la seguridad que necesitaba para continuar con las canciones que comenzó a escribir cuando tan solo tenía 17 años. «Tenía 20 años cuando mi madre murió. Entonces empecé a escuchar Nirvana, Marilyn Manson… esa clase de grupos musicales. Cosas en plan gótico. Creía estar encontrándome a mí mismo mientras bebía y tomaba drogas». Empezó fumando su primer cigarro de marihuana a la edad de 16. Después de la muerte de Linda, «llegué más lejos, sobre todo con el cannabis», admite.
La separación de su padre
La soledad de James empeoró en el año 1999, cuando su padre comenzó a salir con Heather. Finalmente, la pareja se casó en 2002 y padre e hijo fueron perdiendo poco a poco la relación. «Fue un tiempo muy difícil para mí. Mi padre se había casado con Heather y no nos llevábamos demasiado bien... Fue muy difícil. Yo ya tenía mis propios problemas».
Hoy en día James es más filosófico y piensa de otra forma. Ve de forma diferente aquellos días perdidos: «Rompí los vínculos con mi familia y ahora desearía no haberlo hecho». James ingresó en un centro de rehabilitación en Arizona, pero no estuvo mucho tiempo. «Hablaba cada pocos meses con mi padre por teléfono, pero no nos veíamos. Fue triste para ambos».
Pero cuando Paul Mcartney se operó del corazón en 2007, justo un año después de romper con Heather, el espiritual cantautor reaccionó: «Vi una luz, una señal. Supe que era para mí. Mi padre salía en la televisión diciendo que tenía problemas con su corazón».
Asegura, además, que ese fue el punto de inflexión: «Comenzamos a hablar un poco. Fue difícil para los dos, pero algo bueno salió de ahí».Y así comenzó el principio de una reconciliación que más tarde se convertiría en una estrecha relación entre padre e hijo.
Tanto es así que ahora solo tiene buenas palabras para el músico: «Mi padre es genial. Ese episodio de mi vida me hizo darme cuenta de cuánto lo necesito». Y añade: «Creo que ahora tengo que ser más responsable. Tengo 30 años, no puedes estar haciendo esto toda la vida». El cambio ha sido tas drástico que los lazos se han estrechado hasta el extremo en el que asegura: «Es mi padre y mi mejor amigo».
Pero, ¿y qué hay sobre la ex de Paul ahora? «Nunca veo a Heather, pero le tengo un enorme respeto, es la madre de Beatrice». Su padre volvió a casarse por tercera vez, en esta ocasión con Nancy. James dice de ella: «Es genial. Es encantadora y mi padre está feliz con ella. Es difícil remplazar a mi madre, pero Nancy es maravillosa». También con ella ha mantendio una relación más estrecha que la que tenía con Heather: «Nancy es mi nueva madre. Lo siento así. Es única. Hace a mi padre muy feliz. La adoramos».
A pesar de su fama mundial, Paul ha intentado siempre criar a sus hijos en un ambiente normal. Los mandó a un centro de enseñanza estatal en vez de a un colegio privado. Pero el mundo real no estaba lejos. James admite que crecer siendo hijo de uno de los músicos más conocidos del planeta no fue fácil.«Era comprensible que aunque quisiera darnos una educación de lo más normal, no lo consiguiera. Todo el mundo sabía quién era mi padre».
Durante esa etapa: «Me volví un poco más introvertido. Sin quererlo yo atraía toda la atención». Y confiesa que eso no era sencillo: «Me hicieron ‘bullying’, pero solo un poco. En realidad, creo que pasé lo que todo el mundo suele pasar en el colegio. Todos los niños en algún momento recibimos bromas pesadas, apodos graciosos…».
La música en su vida
«Nací en 1977 y John Lennon fue disparado en 1980. Eso dejó en estado de shock a mi padre durante seis años», dice James. Un tema peliagudo sobre el que no han charlado: «Nunca he hablado con él sobre esto, es un tema muy delicado».
No es extraño que la música haya sido una parte muy importante en su vida. Como Paul, James aprendió a tocar la guitarra y el piano y comenzó a escribir canciones a una edad precoz. «Es imposible que no te interese la música teniendo un padre como el mío». Pero los pasos de Paul fueron siempre difíciles de seguir: «Es complicado pertenecer al pasado de Los Beatles; incluso mi padre lo piensa. Tuve que ponerme un alias para que no me relacionaran».
Aunque en sus inicios James se hizo llamar ‘Light’, ahora está feliz de poder actuar bajo su propio nombre y ha sacado su primer album. Ha pasado el verano de gira, aunque lo más importante es que ha recuperado a su familia.
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