Del pasillo llega de pronto una melodía. "Hey Jude, don't make it bad". Un piano acompaña la voz de Paul McCartney en el inicio de la canción más larga que había ocupado hasta la fecha el número uno de las listas de éxitos en el Reino Unido. La canción es el tono con el que el teléfono reclama la atención de Josu Zabalondo, el presidente de Urdaibai. Él sonríe. Es su debilidad. No solo los Beatles, que están presentes en fotos, objetos y miniaturas por toda la habitación, sino la música. Ahora es el responsable de que Urdaibai se mantenga entre los mejores equipos del Cantábrico, pero en las últimas décadas Zabalondo ha exprimido al máximo su voz y sus dotes para la música. Durante "40 años menos un día" ha formado parte de diversos grupos y ha grabado varios discos.
En vísperas de que la Bou Bizkaia intente ganar su tercera Concha, Zabalondo se sienta a repasar su relación con la música, una pasión que le ha absorbido desde que tiene memoria. "Mi padre tocaba la trikitixa y mi hermano también. A mí, desde joven, me gustaba cantar. Con cuatro o cinco años me iba ya al coro del colegio. Siempre me ha gustado. He nacido así y punto". Su estreno en la música no se hizo esperar. El 12 de junio de 1965, el mismo día que cumplía 12 años, debutó con un grupo llamado los Cachorros. Actuaban antes que otro grupo bermeotarra, los Jackson, quienes, a pesar de tener cuatro años más que él, le proponen ingresar en su grupo. "Había diferencia de edad, pero era una oportunidad", recuerda ahora Zabalondo. La formación sufrió varias altas y bajas hasta que se convirtieron en los Impactos: "Durante un montón de años hicimos muchísimas verbenas y bodas". Pasaron a la historia los centenares de ensayos en la que fue sede de la Falange y que posteriormente se convertiría en batzoki de Bermeo: "Todas las noches ensayábamos allí y los domingos, a las mañanas, dábamos un concierto con otros grupos que venían de Bilbao. A la tarde, donde había un comedor en el piso de arriba, hacíamos un baile. Igual en el parque también había un baile, pero la gente tenía que pagar por una pegatina y al local la gente venía gratis. Nos metíamos allí unos bailables de la leche y fue muy bonito".
Con el tiempo Zabalondo se vio enrolado en otro grupo diferente: Gidariak. Eran tres guitarras y un batería. "Tocábamos canciones de los Beatles, Rolling Stones, Brincos, Bravos... Cantabas en inglés y, si no sabías inglés, te escribías en un papel cómo se pronunciaba", recuerda el presidente bermeotarra.
Años después, tras ser jurado en el Euskal Kantu Txapelketa, Zabalondo se embarcó en un nuevo proyecto con Agustín Barandiaran y Ainara Arrizabalaga, dos jóvenes que habían participado en el certamen. De ahí salieron varias formaciones, el germen de Urgabe, que exprimieron a Zabalondo y sus compañeros de la banda. "Hicimos bodas como rosquillas", señala orgulloso, "pensábamos que nos íbamos a hacer de oro porque sacabas un dinerito haciendo lo que te gusta". Pero los grupos de música van continuamente evolucionando y aquella formación también derivo en otro grupo en el que coincidió con el trikitilari portugalujo Xabi Aburruzaga. El nombre de este grupo era Airotx, "txoria escrito al revés". Todo tiene un final y Zabalondo culminó esta aventura en un concierto el 11 de junio de 2005: "He hecho cuarenta años menos un día de carrera".
CARRERA EN SOLITARIO Más allá del rock, Josu Zabalondo mantuvo todo este tiempo una carrera paralela dentro de la música euskaldun. Además de estar 40 años en el Orfeón de Bermeo, en solitario ha exprimido su voz cálida y grave en escenarios bien diferentes, con otro estilo y otro público. Repasa la relación de artistas con los que ha compartido escenario y desempolva los nombres más sagrados de la historia musical de Euskadi: "He tenido el placer de conocer a Mikel Laboa, Xabier Lete, a Lourdes Iriondo, Benito Lertxundi, Urretxindorrak, Antton Valverde…". Siempre con su guitarra, Zabalondo hacía magia para poder cumplir con la demanda de conciertos: "He tocado en muchísimas fiestas. He tenido hasta tres actuaciones el mismo día por pueblos, por ejemplo, de Mungialdea. Te ponían un coche para llevarte de una actuación a otra y te daban un bocadillo. Yo era feliz porque aquello me gustaba. Además, muchos conciertos eran a beneficio de ikastolas".
Entre las muchas anécdotas que recoge su trayectoria, recuerda con cariño un festival que se organizó en Bermeo con actuaciones de cantantes como Xabier Lete o Mikel Laboa. Zabalondo completó su habitual actuación, pero una nevada no dejaba que Benito Lertxundi llegase desde Orio y el propio Josu se decidió a hacer tiempo cantando las canciones de Lertxundi. "A mitad de concierto apareció él y me pilló cantando sus temas. '¡A ver si lo vas a hacer mejor tú que yo!", me decía en cachondeo. Le gustó y lo encajó bien", recuerda Zabalondo entre risas. Pero no todo fue siempre un camino de rosas. El bermeotarra también desempolva el lado más oscuro de tiempos en los que cantar podía conllevar problemas: "También hemos tenido un montón de líos con la Guardia Civil y la Policía. En los festivales había que presentar por adelantado las letras por la censura. Tú podías hablar de un pájaro y de una jaula, se relacionaba con algo político y ellos lo retiraban y se suspendía el festival. Había veces en las que el cura del pueblo de turno metían el festival en la iglesia".
En la actualidad, Zabalondo se resiste a abandonar la música. "Hoy es el día que sigo cantando en ceremonias de bodas. Hay veces que no puedo por las regatas, pero otros sábados suelo estar en una ceremonia cantando por la mañana y luego me voy corriendo a la regata".
VARIOS DISCOS GRABADOS Josu Zabalondo tiene en su casa una pequeña habitación en la que la música es la protagonista. En las paredes lucen dos guitarras clásicas y otra eléctrica posa en un soporte. En las estanterías centenares de CDs están clasificados por estilos y por orden alfabético. Hay dos que tienen un lugar de privilegio y están enmarcados con sendas fotografías. Son los dos primeros discos que Josu Zabalondo publicó.
En 1998 el Ayuntamiento de Bermeo impulsó la grabación de un disco con canciones sobre Bermeo y sus gente. Zabalondo se asoció con las cantantes Ana Tere Bengoetxea y Ana Lupe Fernández para este proyecto: "Tuvimos que buscar gente del pueblo, hacer entrevistas a los mayores preguntándoles de dónde vienen los motes, las canciones y con todo eso, recolectamos letras e hicimos música". El resultado fue un disco titulado Bermeotarrak gara gu y fue todo un éxito: "La presentación fue impresionante. El frontón se llenó y sacamos 2.000 copias en CD y casetes que se agotaron en un día. Luego se han vendido un total de 8.000. Hoy en día la gente me sigue pidiendo copias".
Dos años después, con mejor calidad de grabación, el trío sacóKresaletan, otro disco de canciones populares del que se agotaron los 2.000 ejemplares editados. La discografía la redondea un trabajo grabado para Ahaztuak 1936-1977, con canciones en homenaje a las víctimas del golpe de Estado contra la II República.
Zabalondo también puede presumir de haber colaborado con Xabi Aburruzaga, Ana Tere, Bingen Fernández, Joseba Tapia o Miel Urdangarin en la grabación de Egunaro, egunaro kalien, un himno para las fiestas de Bermeo. Siguiendo esta misma línea, se grabó una canción para el club de Urdaibai con el grupo The Uski's, compuesta por el propio Aburruzaga y con letra de Iñaki Aurrekoetxea y del propio Zabalondo. La canción ya ha sonado en las celebraciones de La Concha de 2011, pero está a la espera de que alguien financie la edición de las copias. Conseguir mañana la tercera Concha de la Bou Bizkaia sería el motivo perfecto para lanzar el último hit de Zabalondo.
BERMEO
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