sábado, 17 de agosto de 2013

El ‘soundtrack’ de la mariguana

Y llegará el día en que la gente se preguntará por qué tanto escándalo por la mariguana, pues si alguna vez el té y el café fueron bebidas prohibidas —y luego permitidas—, a principios del siglo XX el consumo de la yerba no era penado y sí muy frecuente.
La relación entre la mariguana y la música popular de ese siglo se inició en Nueva Orleans, afirma el investigador Russel Cronin. Cita el libro Marihuana: The First Twelve Thousand Years (Plenum Pub Corporation, 1980), cuyo autor, Ernest L. Abel, afirma que, “al contrario de la bebida, que adormilaba e incapacitaba a los músicos, la mariguana permitía a los músicos, cuyo trabajo requería que tocaran durante muchas horas, olvidarse del cansancio. Además, la droga parecía hacer que su música sonara más imaginativa y única, al menos a quienes tocaban y escuchaban mientras estaban bajo su influjo sensorial”.
Louis Armstrong, uno de sus grandes consumidores, diría en su autobiografía que “siempre vimos a la mota como una especie de medicina, una droga barata que permitía mejores pensamientos que cuando uno está lleno de licor”. Dado que su consumo era casi exclusivo de los músicos, pronto se le asoció, escribe Cronin, “con música salvaje y un comportamiento errático, con los negros y los mexicanos”. Comenzó a prohibirse en 1923 y sus consumidores perseguidos como criminales.
Prohibición no significó desaparición, además de que se volvió material de trabajo para canciones emblemáticas, especialmente en el rock, aunque no podemos dejar de pensar en qué sería de “La cucharacha” sin su combustible: simplemente no podría caminar.
¡A ponerse hasta el gorro!
En “Rainy Day Women #12 & 35”, Bob Dylan canta en el estribillo: “Todos deben de ponerse hasta el gorro”. Aunque hay que consignar que el término —get stoned— también significa “ser apedreado”, muchos decidieron seguir la primera acepción —entre ellos los Beatles, a quienes Dylan invitó su primer churro—. La planta aparece en canciones como “A Day in the Life”, prohibida por la BBC porque, decían, incitaba al consumo de las drogas, mientras que “I’m Only Sleeping” o “Only a Northern Song” son un viaje en sí. Al final de “I Am the Walrus” hay quien dice escuchar, entre el desmadre que la canción crea, la frase: “¡Todos fumen mota, todos fumen mota!”.
Ahora que hasta Fox afirma estar a favor de la legalización, recordemos que Peter Tosh se le adelantó en 1976 con “Legalize It”, canción que incluyó en su primer disco y es considerada el himno de la mariguana. “Los cantantes la fuman/ y quienes tocan instrumentos también./ Legalícenla, sí, sí/ es lo mejor que pueden hacer./ Los doctores la fuman,/ las enfermeras la fuman,/ los jueces la fuman,/ e incluso los abogados”, canta.
Bob Marley fue impulsor de la ganja; en una de sus canciones más conocidas, “Kaya”, advierte: “Bueeeeeeeeeeeeeno, me siento tan arriba, que hasta toco el cielo”.
Ozzy Osbourne escribió para Black Sabbath “Sweet Leaf”. Para quienes duden de los poderes terapéuticos de la yerba, lean la letra: “Mi vida era vacía,/ siempre en un bajón./ Hasta que me tomaste, me diste la vuelta./ Mi vida ahora es más libre,/ mi vida es clara./ Te adoro, dulce hoja,/ aunque no me puedas escuchar”.
En “Don’t Stop on the Grass, Sam”, Steppenwolf criticó la política de prohibición: “Tú gastas mis monedas, todas las que puedes/ para encarcelar a mi cuate/ por fumar toda esa noble mariguana./ Has estado diciendo tantas mentiras/ durante tanto tiempo/ que algunos creen que son verdad”.
El Tío Sam censuró la canción “You Don’t Know How It Feels”, de Tom Petty & The Heartbreakers. Se espantó cuando dice: “Así que vamos al punto y forjemos otro toque./ Vayamos por la carretera,/ hay un lugar al que tengo que ir./ Y tú no sabes lo que se siente/ Tú no sabes lo que se siente ser yo”.
Para declaración de amor, qué mejor que la de Rick James en “Mary Jane”, canción de 1978: “Y cuando me siento deprimido,/ viene como la mejor sorpresa/ me vuelve loco con su amor,/ me lleva al paraíso”.
En el rock mexicano, uno de los grandes gritos de libertad fue proclamado por Peace and Love en Avándaro, en 1971. En su canción “Mariguana”, cantaron a todo pulmón, con coros de miles de voces: “Mari, mariguana/ Mari, mariguana/ yo quiero mariguana,/ tú quieres mariguana,/ todos queremos mariguana también”.
La planta se siguió consumiendo pese a la persecución. Nos pusimos a cantar, con Tex Tex: “Me salgo a la calle/ y no hay nadie con quien hablar;/ miro a todas partes/ y no sé qué buscar./ Tal vez necesite un toque mágico/ algo que en mi vida/ quizás me hará cambiar”.
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Ritmo para el crecimiento
¿La plata, escucha o no escucha? Pues será el sereno, pero si existe la posibilidad de que la producción de mariguana no será prohibida, sus cultivadores deberían tomar en cuenta que las plantas responden al estímulo del sonido. Incluso existe un sitio, http://forums.cannabisculture.com, donde se ha discutido qué música prefieren. Algunos testimonios:
“Les toco a Frank Sinatra durante el cultivo y les encanta. Para las primeras cuatro semanas de florecimiento, reciben una mezcla de canciones italianas, tecno suave y rock clásico. Luego, ocho semanas antes de la cosecha, reciben un buen rock duro de los ochenta, por ejemplo Metallica (antes de que se vendieran)”… Esta combinación hace plantas más grandes y mejores”.
“Tal vez un poco de rap de la vieja escuela de Dr. Dre podría ayudar en la cosecha”. “Cuando les tocas música de rap se asustan y quieren esconderse”. “Decían que la música clásica mejora la tasa de crecimiento mientras que el rock hace lo contrario. En cuanto a mí… simplemente les hablo, tal vez solo sea cuestión de buenas vibras”.

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