A mediados de los años sesenta, los sonidos dominantes tenían denominación de origen. Motown era “el sonido de Detroit”; los Beatles, el conjunto de Liverpool. Y existían lazos invisibles entre los dos campos: los ingleses habían grabado temas de Smokey Robinson and The Miracles y las Marvelettes, aparte del inmortalMoney, del fundador de Motown, Berry Gordy Jr.
Gordy decidió devolver el cumplido: sus chicas preferidas, las Supremes, facturaron un elepé titulado A bit of Liverpool (1964). A partir de ese momento, abundaron los grupos y solistas de Motown que registraron piezas de Lennon-McCartney e incluso de George Harrison.
En general, se inclinaron hacia las baladas y abusaron de las cuerdas, pero debajo aparecía siempre el pulso rítmico de Detroit y algunas voces extraordinarias. Que conste que también hubo lecturas psicodélicas o marcadas por los sintetizadores Moog. Ahora puedes paladear lo mejor de aquella insólita entente cordiale entre Liverpool y Detroit.
DIEGO A. MANRIQUE
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