De los cuatro ex Beatles, John fue quien mejor se adaptó a la escena rockera y al activismo político de los años setenta. Su prematura muerte lo libró de vivir el proceso de hegemonización del liberalismo y la globalización. Y eso es precisamente lo que nos quiere mostrar la novela: un Lennon que a inicios del siglo XXI se ha aburguesado y cuyos actos públicos solo pretenden mantener algo del prestigio cultural que alguna vez tuvo. Hasta en lo musical y artístico, este viejo rockero reconoce abiertamente su falta de talento y creatividad; mientras que cada vez admira más la obra de su difunto ex compañero.
Lamentablemente, Arturo Delgado no desarrolla bien el retrato de ese Lennon decadente y derrotado. Y de los personajes secundarios sólo tiene una cierta relevancia el joven japonés Yukio Iwai, el peculiar asesino de McCartney. Eso sí, aparecen en Karma instantáneo para John Lennon muchas estrellas de rock y celebridades reales, pero más como guiños para el lector que como elementos funcionales para la narración.
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