Parece que están ahí. Parece que son ellos. Ustedes no lo van a creer, pero por momentos se viaja en el tiempo o se adelanta al final de los finales y se los ve. Son ellos cuatro. O sus voces. O alguien que los imita y de qué forma. Están vestidos igual. Tienen sus aspectos. Pero no lo son. Por un poco. Por muy poco. The Beats, consagrados por la Beatles Annual Convention, de Londres y Liverpool (Inglaterra), como “La Mejor Banda Beatle del Mundo”, llegaba a Córdoba con el único espectáculo teatral-musical que existe a nivel mundial sobre la música e historia de Los Beatles, este año titulado: “Legendarios”. Del nombre no hace falta aclarar más nada.
Viernes 8 de marzo de 2013. Ahí están George Harrison, Ringo Starr, John Lennon y Paul McCartney. O mejor dicho, ahí están Patricio Pérez, Martín Alvarez Pizzo, Diego Pérez y Eloy Fernández. Ellos lograron lo imposible. Ellos trajeron a todos de nuevo. Ellos, que viajaron por el mundo, tuvieron su parada al frente de La Cañada para que los de Liverpool pudieran saber que en la tierra del cuarteto, ellos no son cuatro más.
Repertorio
El recorrido comenzó con “Rubber Soul”, el disco grabado en 1965, y con el tema “In my life”; luego un video donde aparecían los Cuatro Fantásticos de Liverpool, con la traducción del tema e imágenes de ellos, para saber que algunos “ya no existen y otros permanecen”. “Help” fue el segundo CD donde se detuvieron para compartirlo. “Ticket to Ride”, “The night before” y “Help!”, “Eleanor Rigby”, de “Revolver Yellow Submarine”, “All together now”, “Al you need is love”, del disco homónimo al primer tema, fue el comienzo de un show increíble. Perdón si lo cansamos al lector, con tanto nombre en inglés. Pero no es ni más ni menos que para que vaya a buscar esos temas y se regale escucharlos...
Legendarios es para revivir esa época soñada. El cambio del tiempo inexorable, imparable, pero en el que se puede recordar. Por eso The Beats homenajea a sus ídolos y en un video se canta la frase: “Stop! El pasado se ha ido pero podemos revivirlo en melodías”. Entonces comienzan nuevamente con esa aventura que comenzó hace 25 años y que, cada vez más, resulta necesaria.
Imaginando
“Let it be”, “Something” continuaron la escena. Allí George Harrison se lució, en una de sus mejores canciones. Acá, el Harrison argentino también lo hizo. El fundador y mentor de la banda es el que más resalta y remarca lo que comentaba Santiago: “Siempre me gustó George. De los cuatro, el mejor, por más que fuera más perfil bajo”. Luego Lennon le haría un homenaje al poder de la música. Que no entiende de culturas, de fronteras, sino de magia.
“Imagine”, preguntándose qué pensaría el gran John en estos últimos 30 años, mientras las pantallas mostraban imágenes no felices. “Come Together” y “Magical Mistery Tour” eran la antesala para el video de “Revolution” con las guitarras como armas y “Lady Madonna”. “While my guitar gently weeps”, trayendo al mejor George y las lágrimas para algún nostálgico, comenzaban con la despedida de la noche.
“She loves you”, “Twist and Shout”, “Hey Jude” fueron los últimos temas, luego de dos horas. Y, la verdad, fue poco. Porque como decía una mujer en un video, The Beatles les pertenecían por haber crecido con ellos. Existe una generación que no tuvo esa suerte, pero igual los siente como si en realidad hubiese pasado.
Por lo menos nos apropiamos de estos cuatro argentinos que son orgullo mundial. Porque no sólo en los peinados y en las ropas son iguales -por más que sea el vestuario de los mismísimos Beatles-, sino en la emoción y en ese encanto que generan en el ambiente.
Porque John Lennon aseguraba en uno de los videos: “Yo quería ser un Beatle”. ¿Quién no hubiese querido? Y si bien eso es algo ya imposible, se podría pensar “Yo quiero ser un Beat”. ¿A quién no le gustaría?
Juan José Coronell
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