Hoy, sin embargo, hay que matizar esta suposición, ya que parece que Apple Music no permitirá ni mucho menos disfrutar de todas las canciones que se encuentran en iTunes, si no que habrá algunas excepciones entre las que, por importancia y porque es una de mis bandas favoritas, se encuentran The Beatles.
Si hubo un momento feliz para mí fue la llegada a la iTunes Store de la música de los Fab Four, que aterrizaban en la tienda ofreciendo toda su discografía entera por 149 euros o la opción de comprar cada uno de sus discos de manera individual por unos precios que oscilaban entre los 12,99 y los 19,99 euros.
Quizás sea precisamente estas perspectivas de éxito y la desconfianza de muchos artistas a formar parte de este tipo de servicios de distribución en streaming, pese a que cada vez sea una fórmula más aceptada por los consumidores actuales, más dados a esta nueva “radio en Internet” que a la manera tradicional de compra y descarga.
De hecho, Taylor Swift ya hizo lo propio en su momento, eliminando toda su obra del competidor por excelencia de la nueva plataforma de Apple, Spotify, al asegurar que ofrecer contenido de manera gratuita devalúa el valor de la música.
Así que, volviendo al tema en sí, que es lo que interesa, que sepáis que, si esto no cambia en un futuro, ni mucho menos podréis tener toda la música de iTunes en Apple Music. Eso aparte de la diferencia que hay entre comprar música y alquilarla “en la nube”, hasta que a quien la alquila decida dejar de hacerlo y descubras que no posees nada.
Todo esto me ha despertado las ganas de escuchar el Álbum Blanco en mi iPod, comprado a la manera “tradicional”, pero mío para siempre.
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