jueves, 23 de octubre de 2014

¿Y si John Lennnon pasó por 'Guanatos'?

Como los gobiernos ocultan de todo, no sería extraño que John Lennon  hubiera visitado Guadalajara alguna vez. Piénselo: seguro que vino y que lo escondieron. Habría que investigar a ver si alguien habla. Aunque lo haga nada más un grupo de muchachos. Aunque se pongan en peligro. Aunque terminen espantados y tomando caguamas en el mirador de Huentitán, sin haber hallado nada.

Lo importante es la búsqueda, tanto para hallar los indicios de Lennon como para llevar a escena la obra de teatro que cuenta esa historia, “Lennon nunca estuvo en Guanatos”, a cargo de estudiantes que egresan este año de la Licenciatura en Artes Escénicas de la UdeG.

Los estudiantes montaron el espectáculo con el director local Fausto Ramírez como su maestro, en su única participación hasta ahora como docente en la UdeG. No sólo eso, sino que además recabaron por su cuenta los recursos para producirla y pagar al dramaturgo mexicano Saúl Enríquez, quien les escribió un texto original, y el entrenamiento de diversos profesionales externos.

Su montaje es una especie de “cómic-thriller” llevado al teatro por un elenco de 14 actores que viajan por Guadalajara y hurgan en internet buscando la respuesta a algo que podría definir cómo es la ciudad donde viven, incluso si resulta que el más famoso de todos los Beatles, como nos han contado, nunca vio en vivo el Parián, San Juan de Dios, la Minerva ni el sol saliendo por Tonalá.

El director domesticado

Junto con la actriz y directora Susana Romo, Fausto Ramírez es una de las cabezas del grupo local de teatro A la deriva, reconocido y premiado sobre todo por su trabajo con espectáculos para niños y adolescentes, en una compañía que también destaca por su trabajo con actores jóvenes. Pero nunca había sido “profe” de muchachos de la UdeG, su alma máter, ni se había hecho cargo de un elenco tan grande.

Regresó a su escuela como maestro para este único proyecto de titulación. ¿Qué le pasó en el camino? Dice que fue como en el episodio aquél de El Principito, con el zorro: que los muchachos “lo domesticaron”.

“A mí lo primero que me trajo a la escuela fue una inquietud y coincidió con que hubo un grupo de jóvenes; ahora mismo lo que me sostiene en la escuela es encontrarme con ellos. El grupo gestionó una cantidad de recursos que ninguna generación había logrado antes.Sacaron su genialidad. Y sí, me domesticaron; los quiero y los quiero bien”.

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