El año de 1957 fue uno que cambió la vida de Paul McCartney. Después de recibir una trompeta de manos de su papá, vio que aunque era un instrumento completo, no le permitía cantar. Y es que este adolescente acaba de descubrir el rock and roll y con él, una adicción a la música que jamás lo abandonó.
Se hizo de una guitarra Zenith y aprendió los primeros acordes. Pronto la cambió por una de más valor que, aunque sólo tenía dos cuerdas, fue suficiente para disparar su talento. A partir de ese momento Paul no soltó la guitarra en momento alguno: tocaba en la mesa, en el baño, en la sala y hasta en el jardín.
Convenció a su hermano para participar en el Concurso Nacional de Talento con sede en Liverpool. Presentándose como The McCartney Brothers, Mike sufrió un ataque de pánico escénico mientras Paul cantó Bye Bye Love y Long Tall Sally.
Pronto Paul se asociaría su compañero su escuela, Ian James. Ambos adolescentes de 15 años recorrían los barrios de la Ciudad de Liverpool en sus bicicletas cargando sus guitarras en la espalda y buscando lugares en donde tocar.
Su apariencia física también sufrió un cambio. Se dejó crecer el cabello y adoptó una imagen de rocanrolero que no le hizo gracia alguna a su papá. El niño dócil que siempre deseaba complacer a sus padres se estaba transformando en un joven que luchaba por encontrar su lugar en la vida.
Conoció en esta época en el camión que lo llevaba a la escuela a George Harrison. De 14 años de edad, a George también le tocaba una ruta de más de media hora hacia el Liverpool Institute en donde cursaba dos niveles inferiores al de Paul. A diferencia de éste, George tenía dos hermanos mayores que lo habían ayudado a aprender guitarra y pronto los dos adolescentes intercambiaron sus conocimientos del instrumento.
A principios de julio de 1957, su amigo Ivan Vaughan lo invitó a la fiesta de la Iglesia de St. Peter en Woolton. Cada año, la parroquia organizaba un festival para conseguir fondos y en éste se presentaban grupos musicales. En el programa figuraba el grupo The Quarry Men de John Lennon que se presentó en cuatro horarios distintos durante el día.
El futuro bajista de The Beatles no dejó hacerle saber ese día al líder de The Quarry Men que no se sabía la canción que había cantado y que los acordes que hacía en la guitarra eran incorrectos. A John le impresionó que alguien dos años menor que él pudiera corregirlo y, más aún, supiera cómo afinar una guitarra.
Unos días después Ivan le llevó un recado a Paul de parte de John: éste lo invitaba a formar parte de su grupo. Sin pensarlo demasiado, Paul aceptó.
Y con ese simple gesto cambió, junto con su nuevo amigo, la historia de la industria discográfica moderna.
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