En ese campamento conocimos muy buenos amigos, allí estaban “Krusty”, un patín que tenía el cabello tal cual el payaso de los Simpson, también a otro amigo – a quien llamaré José, pues no recuerdo su nombre-, quien nos llevaba unos cuatro años. Y como olvidar a Jéssica, una linda chica de la que todos nos enamoramos.
Todos nos hicimos patas en ese otoño noventero por nuestra afinidad al rock. Recuerdo que un amigo del colegio llevó su guitarra de cajón y cuando podíamos coreábamos conocidos temas rock en nuestro idioma.
Juan Vera, Jorge Ñaupari, Óscar Castillo, Carlos Ñiquen y yo integrábamos la delegación de Huáscar. Estuvimos cuatro preciosas días en el bosque y vivimos los mejores días que llevo grabado en mi mente.
De regreso a casa solo pudimos dar nuestras direcciones a los amigos que provenían de diversas partes de Lima, pues no teníamos teléfonos en casa. Retornamos un sábado y el lunes tuvimos que volver al colegio.
Cierto día, creo que fue un domingo, Jorge se apareció con José en mi casa. Tenían unos DVD entre las manos y como yo tenía un VHS -en ese tiempo pocos tenían esos aparatos en casa- les hice entrar; de un rato llegó Juan a mi casa, claro, en bicicleta. Nos acomodamos en mi sala frente al televisor.
Los videos eran de la Antología de The Beatles más un documental que Yuca -así le decíamos a Jorge- grabó del canal 9 sobre la vida de Lennon. En ese tiempo sabía poco de los de Liverpool, Jorge y el otro amigo sabían mucho más. Nadie nos despegó del televisor.
Y recuerdo claramente que alguien señaló el televisor y anunció: “Él es el quinto beatle”. Yo a las justas distinguía quien era John, Paul, George y Ringo, y escuchar eso me desconcertó. No recuerdo quién lo dijo, pero fue cuando The Beatles cantaban sobre una azotea (el 30 de enero de 1969). Ahora sé que era el último concierto de la banda y que cantaban en la terraza de Apple Corps, en Londres.
Mucho se ha hablado de la separación de The Beatles y se ha cometido el error en citar a la odiosa Yoko Ono como la impulsora de ello. Hoy sabemos que fue por discrepancias entre Lennon, McCartney y Harrison, este último porque renegaba que los otros no lo tomen en cuenta en las composiciones. Luego George demostraría con “All Things Must Pass” que nunca fue un músico secundario. Y nunca lo fue.
Preston era amigo del grupo desde sus días en Hamburgo. Encajó muy bien al punto que allegados a The Beatles lo bautizaron como el “quinto beatle” y Lennon alguna vez sugirió que Preston se uniera a la banda… ¡Ojo!, que me refiero al “quinto beatle” músico no productor ni mánager. La leyenda urbana pasó a la historia y se alimentó más. Unos opinan que es el guitarrista Tony Sheridan es el quinto y otros que es el baterista Pete Best. También citan al batero Jimmy Nicol como tal e incluso a Eric Clapton. Lo cierto es que todos ellos colaboraron en alguna oportunidad con The Beatles.
Para mí solo hay un quinto beatle y es Billy Preston.
Era ya las siete de la noche y mis amigos tuvieron que ir a sus casas. Pero conseguí que me prestarán el DVD y lo vi hasta cansancio. En ese tiempo esa era la forma de conocer rock, intercambiando cosas. Hoy todo es distinto. Pasó una semana y nunca olvidaré aquella vez -antes de ir a correr al paradero 5 de la avenida Canto Grande- cuando vi en el canal 9 a John Lennon cubierto con una sabana blanca, pero esta historia es materia de otro post. Saludos.
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