Es casualidad que este blog nuestro de cada día, que llega hoy a su entrada nº 141, arrancara el 15M del año pasado. Cabe suponer que el destino quería que nuestro tiempo tuviera BSO, y como uno es pretencioso, se autoproclamó hacedor de dicha BSO.
Como decía el bolero, ”Si nos dejan”, seguiremos incorporando canciones y contando breves historias en torno a la actualidad, pero sin obsesionarse con ella hasta el punto de no pararnos a escuchar las grandes canciones de siempre (oldies but goldies). Como “Across The Universe” de los Beatles, camino de entrar en contacto con Polaris, la estrella del Norte. Cientos de años tardará en recorrer la distancia que la separa de nuestro planeta. John Lennon, que la compuso una noche que no podía conciliar el sueño, dio con una ambivalente melodía que es a la vez luz y oscuridad, que brilla y se oculta, como los destellos de un faro.
De las versiones que se grabaron en Abbey Road a mí me gusta la de 1968, repleta de instrumentos y con el sitar chisporroteante de George Harrison, más que la oficial, tercera de la cara A del álbum de los Beatles LET IT BE de 1970 cuyas demos fueron manipuladas por Phil Spector, algo que no gustó mucho a Paul McCartney. La versión primera se publicaría en un disco benéfico titulado No One´s Gonna Change Our World. Hace unos años Rufus Wainwright dio una vuelta de tuerca a la canción, apropiándose de ella por el lado más oscuro e intimista. Bien la de Rufus, aunque no hace sombra a la inmortal de los Beatles, ahoramismo viajando por el espacio exterior, quién sabe dónde.
Álvaro Alonso
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