viernes, 14 de febrero de 2014

George Harrison, el lado espiritual de la Beatlemanía

"Nunca hubo un tiempo en el que tú o yo no existiéramos. Tampoco habrá ningún futuro en el que dejemos de ser”, extracto del texto sagrado hinduista Bhágavad-guitá.

George Harrison, el Beatle que hizo de su música un viaje espriritual.El día que George Harrison murió, fue mi madre, con lágrimas en sus ojos, quien me dio la noticia. Había sido ella quien casi dos décadas antes me había regalado el primer casete de los cuatro de Liverpool: The Beatles, cambiándome la vida para siempre. Aquel triste día de noviembre de 2001, George emprendía el viaje a ese lugar al que todos, tarde o temprano, iremos. Traigo el tema a colación por dos cosas: esta semana se cumplen los 50 años del inicio de lo que el mundo conocería como la Beatlemanía, tras la participación de The Beatles en el programa de televisión de Ed Sullivan, y también porque volví a ver hace algunas noches el documental del maestro Martín Scorsese sobre el Beatle, George Harrison: Living in the material World.

Cuando George murió, cuenta Olivia, su segunda esposa y quien lo acompañó en más de la mitad de su vida, se hizo evidente que George había encontrado la salida en su camino hacia la espiritualidad. “Si hubieras filmado no hubieras necesitado luz”, nos cuenta Olivia, “porque George, al morir, iluminó la habitación”. Todos nosotros los mortales, y esto más que una afirmación es una suposición, pasamos por momentos de crisis relacionados con el significado de la vida y lo que nos espera después de nuestra partida física. George, como hombre, pasó casi toda su vida buscando ese significado y preparándose para el día de su muerte.




Este documental de Scorsese nos lleva por todos los estadios de la vida de George, desde su infancia en el Liverpool de la postguerra hasta su tranquila muerte en Friar Park, su residencia más querida. A través de entrevistas con algunos de las personas más cercanos a George, Scorsese teje una historia que nos lleva por el laberinto que el exBeatle recorriera, sus callejones sin salida, sus errores y aciertos y, al final de sus días, el luminoso umbral que cruzó, sereno, hacia lo desconocido. Con una Olivia cómplice que le abrió los archivos familiares al director neoyorquino, más los testimonios de primera mano de algunos de los testigos principales de esta historia, más los numerosos archivos (fotos, videos, diarios, cartas, programas de radio, grabaciones caseras, programas de televisión, y un larguísimo etcétera) que se han acumulado por décadas, la gran tarea pendiente para Scorsese era seguir ese hilo de Ariadna que dejara George en su búsqueda de la espiritualidad. Viendo el resultado al final de 208 minutos de metraje podemos decir que el director supo interpretar las pistas dejadas por el Beatle y nos regaló uno de los mejores documentales que veremos en nuestras vidas.


Algunos testimonios resultan clave: dos de ellos en particular. El de la fotógrafa Astrid Kirchherr (a quien los Beatles le deben sus primeras fotografías y su “corte Beatle”) y el del bajista e ilustrador Klaus Voormann (quien hiciera la recordada portada del Revolver). Ambos los conocerían en Hamburgo, Alemania, la capital del vicio, en los años de formación de la banda, cuando George apenas tenía 17 años y The Beatles tocaba en antros de mala muerte y los cinco jóvenes vivían en un cuartucho detrás de la pantalla de un cine porno. Eran los tiempos en los que Ringo aún no era parte del grupo, el baterista era Pete Best, y Stuart Sutcliffe, compañero del conservatorio de las artes de Liverpool, era el bajista.




Otros testimonios también son vitales: los de la propia Olivia y su hijo Dhani, los de Eric Idle y Terry Gilliam, líderes de Monty Python, y el de Eric Clapton, Tom Petty y Jackie Stewart, así como los de sus excompañeros de banda Ringo Starr y Paul McCartney, así como la viuda de Lennon, Yoko Ono. Y también tenemos al propio George y algunas de sus entrevistas más importantes, así como algunas de sus mejores canciones acompañando la historia.




Lo importante, si se quiere, es la maestría con la que Scorsese nos muestra al hombre detrás del mito. Sus propias contradicciones, así como aquellas en las que estar en la banda de rock más importante de la historia lo hicieron vivir. No es casualidad que el título del documental sea Living in the material world (título también de uno de sus discos publicado en 1973): George siempre estuvo debatiéndose entre el mundo material y el espiritual. Es claro que a pesar de su batalla interna, el Beatle encuentra la respuesta que buscaba. Y nosotros, como espectadores, también nos topamos con respuestas que quizás no estábamos buscando, pero que sí cambiarán nuestra noción de esto que llamamos vida.



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