Resulta realmente sorprendente la capacidad de la marca Beatles para generar negocio a más de 40 años de su desaparición física como grupo. Y más aún que cada navidad se sigan comercializando sus productos desde varias plataformas de la industria cultural. Hace dos años publicaba un artículo «Sin Beatles no hay navidad», donde recordaba la presencia de los Fab Four durante estas fechas, con nuevas producciones o antiguas creaciones remodeladas, sobre todo audiovisuales y literarias. Pero lo que más sorprende, si cabe, es que esta tendencia, en vez de ir apagándose con el tiempo, vaya creciendo. Los Beatles no sólo han consolidado su presencia como regalo navideño sino que ésta va en aumento y se diversifica más cada año. Las navidades de 2013 han conocido una inflación de productos ‘beatle’ como pocas veces se ha visto.
Posiblemente la operación más destacada de este año haya sido el lanzamiento por «El País», el periódico español de mayor difusión, de la colección en CD (que culmina precisamente estos días) de todos los LP’s de The Beatles en versión digital remasterizada, y que supone un ahorro de más de 100 euros sobre el precio del mercado. Su lanzamiento coincidió en octubre con la conmemoración del medio siglo de la publicación de «Please, please me», el primer álbum de los Beatles, y con un concierto conmemorativo ‘ad hoc’ de 17 bandas españolas (Russian Red, Coque Malla, Sidonie, Smile, Marlango, Rubén Pozo…) que versionearon temas del grupo de Liverpool bajo el título «A Hard Day’s (Thurs) Night».
Poco después se ponía a la venta con el título «On Air-Live at The BBC. Vol.2» un doble CD que recoge actuaciones inéditas del grupo de 1963 y 1964, junto con canciones que no llegaron a ser editadas nunca, entrevistas, y diálogos de los componentes de The Beatles grabados en los estudios de la BBC. Se trata de la segunda parte de un disco aparecido hace casi una década con el mismo título. Y hace sólo unos días, se publicaban 59 «rarezas», fundamentalmente grabaciones de estudio para el disco «Please, please me», para evitar que se pierdan sus ‘copyright’. Se trata de tomas de versiones alternativas de temas como «She Loves You», «A Taste of Honey» o «There’s a place», así como varias sesiones también para la BBC.
En cuanto al cine, si hace dos años triunfaba en todo el mundo el documental de Martín Scorsese sobre George Harrison, ahora en España se ha estrenado «Vivir es fácil con los ojos cerrados», de David Trueba, con Javier Cámara, Natalia de Molina y Ramón Fontseré, sobre la estancia de John Lennon en Almería en 1966 para el rodaje de la película «Cómo gané la guerra», de Richard Lester (el título de la película es un verso de una de las canciones de los Beatles, «Strawberry fields forefer», que Lennon compuso aquellos días) y su encuentro con un profesor de inglés que le sugirió que se incluyesen las letras de las canciones en la cubierta de los discos para facilitar a sus alumnos la traducción. Sobre esta misma historia el periodista Javier Adolfo Iglesias acaba de editar «Juan y John, el profesor y Lennon en Almería» (Ed. Círculo Rojo).
The Beatles: una historia de nunca acabar
Además de este, también han aparecido nuevos libros sobre Los Beatles y su entorno. «Las cartas de John Lennon» (Libros Cúpula) recoge una extensa correspondencia del líder del grupo en todas sus épocas, hasta una fecha muy cercana a la de su muerte. La edición corre a cargo de Hunter Davies, el biógrafo oficial del grupo, que publicó la más conocida biografía de The Beatles cuando aún ni se había disuelto el grupo. Estos días se publica también en España «Lennon», del escritor francés David Foenkinos (Alfaguara), traducido por el argentino César Aira, lo cual ya es toda una garantía. Se trata de una biografía heterodoxa y divertida en la que se mezclan ficción y realidad. En Londres, Mark Lewishon acaba de publicar su monumental «The Beatles. All These Years. Vol. 1», la más completa historia del grupo, según la crítica más exigente. Aunque no existe aún traducción al español, se puede encontrar en inglés en algunas librerías (932 págs., 39.75 €). Y aquí se acaba de publicar una edición corregida y aumentada de «The Beatles en España» (Quarentena Ediciones) del periodista musical José Luis Álvarez. Y, como regalo de lujo, la edición por Taschen de «The Beatles on The Road 1964-1966», una completa colección de fotografías de los años más enloquecidos del grupo.
Pero indudablemente, el más destacado de la bibliografía sobre los Beatles de estas navidades es «Todo sobre los Beatles. La historia de cada una de sus 211 canciones» (Blume) de Jean-Michel Guesdon y Philippe Margotin, con prefacio de Patti Smith, quien escribe: «Eran tan distintos unos de otros como los cuatro puntos cardinales y, no obstante, en ello radicaba la riqueza del grupo. Combinaban lo espiritual y lo romántico, lo absurdo y lo político, y, a medida que evolucionaban, nosotros lo hacíamos con ellos».
«Todo sobre los Beatles» es una voluminosa edición de lujo excepcionalmente ilustrada, ideal para regalo navideño, que contiene, además de la historia del grupo, una ficha completa con los autores de las canciones, los músicos que participaron en las grabaciones y el equipo técnico y de producción de cada una de ellas. En qué condiciones fueron compuestas, bajo qué influencias, a quienes estaban dedicadas, cuál era su mensaje… Lo más sugestivo es el análisis literario, social y hasta político de las letras, que revela informaciones (a veces interpretaciones) que enriquecen la obra de The Beatles y que unas veces resultan fascinantes y otras realmente sorprendentes. Los análisis que hacen los autores del libro están extraídos de las declaraciones de los propios componentes del grupo o de sus familiares y amigos más cercanos, o de la extensa bibliografía sobre el fenómeno beatle, que se cita en las numerosas notas a pie de página y se incluye en los índices finales. Algunos datos recogidos al vuelo: «Help» era un grito de socorro auténtico de John Lennon, a quien a aquellas alturas de 1965 ya no le gustaba la vida que llevaba: «Comía y bebía como un cerdo, me disgustaba a mí mismo e, inconscientemente, pedía a gritos socorro». Lennon concentró en la letra de «Help» todas las alusiones sombrías y tristes que sus canciones destilaban desde hacía meses, presentes ya en «I’m A Loser» y luego en «Nowhere Man».
Más tarde, el deseo de evadirse de la agobiante popularidad inspiraría a los cuatro la idea de ser miembros de una orquesta anónima de un tal «Sgt. Peppers». «It Won’t Be Long» es una queja de Lennon a la soledad de su difícil adolescencia, que también manifiesta en «In My Life». A veces, en algunas actuaciones en directo, Lennon cambiaba el título de «A taste of honey» por el de «A Waste of Money», una idea sobre el dinero que ya aparece en «Can’t Buy Me Love» para indicar que no todo se puede comprar. Para «From Me To You» Paul y John se inspiraron en una sección del «New Musical Express» titulada «From You To Us!». Y para «Eight Days A Week», en una frase que les dijo un taxista cargado de trabajo. En «You’ve Got To Hide Your Love Away» puede haber una alusión a la homosexualidad de su manager Brian Epstein o a una aventura adúltera. Como «Norweguian Wood», en la que John relata a su esposa Cynthia una relación extramatrimonial, mientras en el mismo disco («Rubber Soul») Paul manifiesta sus problemas de comunicación con su prometida Jane Asher en «You Won’t See Me», un tema ya tratado en «We Can Work It Out».
«Think For Yourself» era una crítica política de George Harrison al gobierno británico, del mismo modo que «Taxman» lo era al sistema impositivo de Gran Bretaña (se cita a Mr. Wilson y Mr. Heath, líderes entonces de los partidos laborista y conservador) y por «Back In The USSR» recibieron críticas por su letra «asntiestadounidense» en plena guerra fría. «Revolution» define la postura del grupo, aunque con cierta ambigüedad, respecto a los acontecimientos en Vietnam, Cuba, el Mayo del 68 o la figura de Mao, y «Get Back» es un grito desgarrado contra la política racista del parlamento británico contra los inmigrantes keniatas y paquistaníes, aunque Lennon llegó a interpretar más tarde que Paul se refería a Yoko Ono cuando cantaba «Get back to where you once belonged» (vuelve al sitio de donde has venido). En «Girl» John manifiesta su oposición al cristianismo, por afirmar esta religión que «es necesario sufrir para alcanzar el paraíso». «Ticket To Ride» era una expresión que se refería al permiso de trabajo que los servicios sanitarios concedían a las prostitutas de Hamburgo. Las alusiones a los paraísos artificiales propiciados por las drogas aparecen ya en «Day Tripper» y se manifiestan en «Fixing A Hole», «A Day In The Life» y «Magical Mystery Tour». Claro que nunca se sabe con certeza la intención de las letras de The Beatles: John compuso «I Am The Walrus» precisamente para burlarse de los «intelectualoides» que interpretaban sus canciones de manera rebuscada.
Lo «nuevo» de Paul McCartney
Por si faltara algo, el último disco de Paul McCartney, aparecido también durante la campaña de navidad, es un regreso a las fuentes primigenias de Los Beatles. Aunque su título sea «New» (Nuevo), en realidad se trata de un ramillete de canciones con el sonido beatle de sus mejores tiempos. Incluso uno de los cuatro productores del disco es Gilles Martin, el hijo de George Martin, que produce el más ‘beatle’ de los temas, «On My Way to Work». Quienes tengan la oportunidad de revisar las antiguas canciones de los Beatles no podrán dejar de identificar el sonido de este álbum de McCartney con el que George Martin consiguiera para las mejores obras del grupo. La banda sonora de «Appreciate» tiene el aroma inconfundible de «Tomorrow never knows». La influencia de las canciones más rítmicas del «Sgt. Peppers» están en «Quennie eye», «Save Us» y «I Can Bet». «Hosanna» nos recuerda a las mejores baladas de McCartney, sin alcanzar los límites sublimes de «Let It Be» o «The Long and Winding road».
Incluso en algunas letras hay alusiones a la polémica autoría de algunas de las canciones de los Beatles, como en «Early Days»: «Todo el mundo parece tener su opinión/ sobre quién hizo esto y quién hizo lo otro, pero en lo que a mí respecta, no sé cómo se pueden acordar/ si no estaban donde había que estar». Y también un viaje a la nostalgia cuando recuerda sus primeros años con Lennon «vestidos de negro de cabeza a los pies y con dos guitarras al hombro buscando a alguien que escuchara nuestras canciones». La sombra de «Penny Lane» se proyecta en algunos de los temas de esta obra que, pese a todo, no es un viaje a la nostalgia sino una recreación de una música que fue algo más que un divertimento para jóvenes y adolescentes.
Francisco R. Pastoriza
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