martes, 17 de diciembre de 2013

Javi en Japón - Paul McCartney en Osaka

Aquí os dejamos la historia de Javi, un exiliado en Japón que vio a Paul McCartney en Osaka.

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Mi nombre es Javier Serrano. Vivo en la ciudad japonesa de Kobe desde 2004, donde me dedico a la enseñanza del español.
Desde que era muy jovencito empecé a escuchar a The Beatles. Ya estando en el instituto
comencé a aprender a tocar la guitarra (a intentarlo al menos) y así conocí a grandes amigos, alguno de ellos incluso acabó dedicándose a esto de la música de algún u otro modo. Por aquel entonces algún Escarabajo (me refiero al popular grupo sevillano) también influyó en mí para que los Fab Four se metieran en mi vida con más fuerza.
En Sevilla había por aquellos años (los primeros 90) muchos grupitos que versioneaban a
The Beatles, además de un modo más que decente. También yo tuve el placer de hacer lo propio (como uno buenamente podía) con mi grupito, moviéndonos por los baretos sevillanos de la época. Días de melenas y gafas redondas...
El tiempo pasó y el destino me trajo a Japón, con mi estado civil cambiado y compartiendo mi vida con una japonesa, curiosa analogía.
Nunca he dejado de escuchar a The Beatles, siempre que aquí tengo la ocasión de ver a alguna “copy band”, que es como en Japón llaman a las “cover bands”, me acerco para echar un vistazo. Otras veces me meto en un estudio con los colegas para tocar, y gran parte del repertorio son temas de los de Liverpool.


Este año, allá por el mes de julio, se anunció que la gira Out There incluiría conciertos en tres ciudades japonesas: Osaka (1 día), Fukuoka (1 día) y Tokyo (3 días). Kobe está a menos de media hora en tren de Osaka. De modo que rápidamente traté de informarme del sistema de venta de entradas. Y ahí vino la primera decepción: para este tipo de eventos hay que entrar en sorteos. Hasta tres veces me fueron denegados los tickets.
El sistema es sencillo: uno abre una cuenta en Pia, la compañía que se encarga de la
distribución de boletos, luego acepta el pago de las entradas en caso de ganar el derecho a ellas en el sorteo, y hecho esto solo cabe esperar y cruzar los dedos. Pero, como decía, me fueron denegadas. Yo aspiraba a dos entradas del tipo S (122 euros cada una). Posteriormente traté de comprar tickets más baratitos: del tipo A (107 euros) o B (92.5 euros). Pero esto ya había que hacerlo a través de un operador, por teléfono. Recuerdo que el día que se pusieron a la venta las entradas era un sábado y todo comenzaba a las
10:00. En tan solo 15 minutos se habían vendido todas...

Traté de olvidarme del tema, aunque no dejaba de preguntarme por qué razón los organizadores del Tour no ampliaban el número de actuaciones (algo muy normal en Japón) ante tanta demanda.


Un día llegué a casa desde el trabajo y me encontré una curiosa nota que mi mujer dejó sobre la mesa, con un dibujo de Paul y un mensaje que decía: “¡vamos a ver a Paul!”.
Sí, habían decidido hacer una actuación más en Osaka y esta vez tuvimos fortuna en el
primer sorteo. Así conseguimos dos entradas S para el primer concierto de la gira. Y eso, amigos, es un chute de euforia.

El concierto era el día 11 a las 19:00 horas en el Osaka Kyocera Dome, un estadio de béisbol cubierto que es con frecuencia escenario de grandes eventos. Allí he podido disfrutar de la música de grandes como Simon & Garfunkel, entre otros.
Llegamos con una hora de antelación, tiempo más que suficiente si tenemos en cuenta la
organización con la que en Japón se llevan a cabo estas cosas.
Por la zona pululaban japoneses de todas las edades, aunque es cierto que predominaban los que rondan la cuarentena y la cincuentena. Me encantó ver a algunos padres acompañados por sus hijos, muchos de ellos con el uniforme de la escuela.
Ya saliendo de Kobe (el tren que lleva al Kyocera Dome va directo) se podía adivinar
quiénes de los que estaban en el vagón iban al concierto. Y alguno incluso susurraba comentarios a sus acompañantes acerca de la camiseta que yo llevaba, con el letrero de Abbey Road, una serigrafía que yo mismo hice hace un montón de años tras visitar los estudios EMI de Londres con un par de amigos, vimos los precios de las que por allí vendían y les dije que tendríamos las nuestras propias.
Al entrar en el Dome quise comprar algo en la tienda de “goods”, pero las colas eran
impresionantes (los precios de los artículos también... camisetas a 30 euros, por ejemplo). Una vez encontrados nuestros asientos, allí en el segundo anillo de la grada y en el lateral derecho (algo lejos pero con buen ángulo y en la primera fila) estuvimos escuchando temas de The Beatles que un popular DJ local iba intercalando. Mientras tanto las dos enormes pantallas que flanqueaban el escenario iban proyectando imágenes de todas las épocas del artista. Todo ello hasta que de repente sonaron unas notas de “The End” y en las pantallas se fue formando poco a poco el bajo Hofner de Paul. Las luces se apagaron y un hombre entró en escena...
Reconozco dos cosas: una que no soy de los que lloran viendo cine, de hecho no
recuerdo haberlo hecho nunca, pero la otra es que en esta ocasión me sorprendí con los ojos inundados al escuchar los primeros compases de Eight Days a Week, canción que abría el espectáculo.
La lista de canciones os la muestro a continuación (a lo largo de la gira suele haber
ligeras variaciones, pues el repertorio es impresionante):

Setlist:
■     Eight Days A Week
■     Save Us
■     All My Loving
■     Listen To What The Man Said
■     Let Me Roll It
■     Paperback Writer
■     My Valentine
■     Nineteen Hundred And Eighty Five
■     The Long And Winding Road
■     Maybe I'm Amazed

■     I've Just Seen A Face
■     We Can Work It Out
■     Another Day
■     And I Love Her
■     Blackbird
■     Here Today
■     New
■     Queenie Eye
■     Lady Madonna
■     All Together Now
■     Lovely Rita
■     Everybody Out There
■     Eleanor Rigby
■     Being for the Benefit of Mr. Kite!
■     Something
■     Ob-La-Di, Ob-La-Da
■     Band on the Run
■     Back in the U.S.S.R.
■     Let It Be
■     Live And Let Die
■     Hey Jude


Encore:
■     Day Tripper
■     Hi, Hi, Hi
■     Get Back


Second Encore:
■     Yesterday
■     Helter Skelter
■     Golden Slumbers / Carry That Weight / The End

Un sueño cumplido y en mi cabeza no hay más que su música desde entonces. Imagino que más o menos algo así es lo que se denomina experiencia mísitica.
Paul McCartney estuvo muy activo, casi tres horas de concierto sin pausa, y simpático

con el público japonés, incluso se atrevió a chapurrear el japonés y soltó algún que otro vocablo del dialecto de Osaka. 71 años tiene... ¿Quién lo diría? - Javier Serrano

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