Nuestro columnista dice que John Lennon es uno sus artistas preferidos a lo largo de la historia del rock.

Los lectores saben que este Búho es un apasionado de la música. Y tengo a John Lennon como uno de mis preferidos a lo largo de la historia del rock. Ingreso al túnel del tiempo: 8 de diciembre de 1980. Esa tarde estaba viendo ‘Disco club’, el entrañable programa del maestro Gerardo Manuel. No les miento, el conductor tuvo que paralizar un video cachondo de uno de mis grupos favoritos, Devo, y anunció: ‘El mundo del rock, y creo que del arte en general, está de luto. John Lennon ha muerto’. Se los juro que mis ojos se llenaron de lágrimas.
Ese año, el beatle más rebelde había sacado un discazo, el inolvidable ‘Double Fantasy’. ‘Woman’ fue número uno en Billboard, se escuchaba en todo el planeta. Lennon era un artista catalogado por la CIA como ‘peligroso’. Gracias a su relación con la japonesa Yoko Ono, John dejó de ser el músico que se dejaba llevar por los mánagers o el dinero. De él fue la famosa frase que lanzó en el Royal Opera House de Londres, en un concierto en que estaban la reina y su hija, la casquivana Margarita: ‘Los que no pueden aplaudir, que hagan sonar sus joyas’.
Lennon y McCartney fueron los dos grandes creadores de Los Beatles, opacando a un notable George Harrison. Justamente cuando las peleas entre ambos genios creativos se hicieron insoportables, por decisión propia dijeron:
‘Hay que dejarle a George que ponga sus canciones’. Fueron las mejores joyas de la última etapa de los de Liverpool: ‘Something’ y la que a este cronista le hace palpitar el corazón y se la hago escuchar a mi hija Scarlett, ‘Here comes the sun’. Pero ese 8 de diciembre, John, en el mejor momento de su vida, fue asesinado. Vivía en un departamento exclusivo frente al Central Park. Allí, Mark David Chapman, un fanático supuestamente, lo esperó y le pidió un autógrafo. El exbeatle lo rechazó, porque nunca nadie le hacía ese tipo de peticiones.
Se había mudado a Nueva York, porque sentía que era el único lugar donde podía caminar sin que nadie lo reconociera. Chapman le disparó. Hoy, las investigaciones arrojan que no fue el asesinato planeado por un loquito. Lennon era un activista progresista.
Para el FBI, era un comunista. ¿Quién nos asegura que ‘trabajaron’ a Chapman para matar a un enemigo potencial de la política norteamericana? Chapman se pudre en la cárcel. Solo podría salir si la viuda Yoko Ono lo permite. Ya pasó 33 años en prisión. Pero nadie quiere que salga. John Lennon amó la vida. Fue cruel e injusto que se la arrebataran. Apago el televisor.
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