Parece mentira: hubo un tiempo en que Paul McCartney podía realizar un tour donde la mayoría de las treinta canciones de cada show provenían de sus últimos tres años. Fue durante el cénit de Wings, un fenómeno pop con más pedigree rockero que The Carpenters o ABBA, pero siempre más difícil de ponderar por los críticos.
Para 1976, McCartney era el único ex-Beatle que conservaba un perfil alto. Este triple vinilo -luego doble CD- en vivo (con los coros retocados en estudio) fue el quinto consecutivo y último número uno en los Estados Unidos de Wings, con su formación más conocida: a los constantes Denny Laine, versátil coequiper, y Linda en coros y teclados, se sumaban el (como se suele decir) malogrado Jimmy McCulloch en primera guitarra y el dúctil baterista Joe English... Además, McCartney, a diferencia de sus mucho más lucrativos shows actuales, no escatimaba en llevar una sección de vientos, que en Yesterday -uno de los cinco temas del corpus beatle incluidos- reemplazaba al cuarteto de cuerdas original.
Como lo anuncia la triada Venus and Mars / Rockshow / Jet (con la que Paul también abrió su primer show de 2010 en Buenos Aires), este Wings se especializaba en el pop rock de estadios, a veces más soft , otras más hard , con pizcas tanto de glam como de rock progresivo y una sección acústica con una curiosa versión cantada por Laine de Richard Cory de Simon & Garfunkel. También rockeaban con autoridad, como demuestran los bises: el single fumón y sexual Hi Hi Hi y la inédita en estudioSoily.
Aunque había momentos de genialidad (Silly Love Songs, Listen What the Man Said, You Gave Me the Answer) y mucho oficio, el material de Venus And Mars(1975) y el desparejo At The Speed Of Sound (1976) no estaba a la altura del mejor trabajo de McCartney, Band On The Run (1973) y Maybe I’m amazed (1970; la versión live fue el hit de este album) incluidos: una tarea difícil, más inalcanzable aún para las canciones de McCulloch y Laine, quien también cantaba el artefacto de popsixtie Go Now, su hit con los primeros Moody Blues y una de las canciones favoritas de Linda.
Previamente, circulaba (a excepción de una versión japonesa de 2003) una remasterización de fines de los ‘80. Ahora se escucha con mayor claridad, punch y volumen, sin sobrecomprimir; además, se prescindió de los fades (bajas progresivas de volumen) que ocurrían al final de cada lado de vinilo. Eso sí, el bajo de McCartney -en su mejor momento escénico con las cuatro cuerdas- sigue al frente como si lo hubiese mezclado Chris Squire (Yes). Considerando que se ha perdido alguna palabrita entre tema y tema, y que no se incluyen las fotos del póster original (aunque hay imágenes inéditas), de poseer la edición anterior este relanzamiento es sólo para completistas.
Si todos los discos en vivo tienen algo de memento, y aún si se pierden varios detalles de producción que engalanaban las versiones en estudio, Wings Over America es el más vital registro de McCartney en concierto.
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