El productor vizcaino forma parte del mismo equipo responsable de la primera parte de Castlevania, que en 2010 recibió el Premio a la Mejor Banda Sonora de Videojuegos, concedido por la Asociación internacional de críticos de cine y música (IFMCA, por sus siglas en inglés). No es de extrañar que la firma japonesa Konami, propietaria del videojuego, haya vuelto a confiar en los artífices de la premiada banda sonora, compuesta por el catalán Oscar Araujo.
Quizá para desafiar a la leyenda urbana que reza las segundas partes nunca fueron buenas, la dirección musical se ha aliado para esta nueva empresa con dos pesos pesados: la calidad técnica que garantizan los estudios de Abbey Road, por un lado; y la "excelencia" que acredita la London Symphony Orchestra.
"Grabar en un estudio de cualidades óptimas y con semejante historia, unido a una orquesta de nivel altísimo, muy habituada a este tipo de trabajo audiovisual… Al principio todo eso impone un poco, pero luego te das cuenta de la gran satisfacción que supone, han sido dos días inolvidables", relata Krutzaga, que ahora desarrolla las labores de posproducción en su estudio propio en Amezketa. "Es un proceso largo y laborioso, se han grabado muchas pistas, y ahora mi labor consiste en ecualizarlas, en proporcionarlas el color, forma y textura deseadas", explica.
El productor calcula que el videojuego no saldrá al mercado "hasta finales de año como mínimo". Si bien admite que la banda sonora de Castlevania 2 comparte varios aspectos con la anterior, avanza que el jugador encontrará -escuchará- elementos nuevos.
Su viaje relámpago a Londres le ha brindado además la oportunidad de compartir el mítico estudio con el director musical Gavin Greenaway. Bajo su batuta se han sellado las bandas sonoras de filmes como Gladiator, o por citar algunos más recientes, Los juegos del hambre, El caballero oscuro y Origen, entre un largo etcétera. "Es una persona con muchísimo oficio, dominaba las partituras y a la orquesta con una facilidad asombrosa, sabía perfectamente lo que hacía en cada momento", describió Krutzaga.
El bagaje profesional de este gernikarra, que abarca un amplio abanico de estilos, le ha proporcionado "una especie de lenguaje" ecléctico que emplea tanto en la música de autor y como en la cinematográfica. "Voy captando las ideas del músico -cada uno tiene su forma de entender la música, lo cual es muy enriquecedor-, a la vez que realizo mis propias aportaciones".
El ámbito de los videojuegos le ofrece además una mayor libertad musical respecto al cine. "En éste, la banda sonora va estrechamente unida a la imagen, pauta escenas, intenciones, diálogos, etc.; en cambio en un videojuego, es el jugador quien va generando la secuencia, y aunque la música esté ligada a la imagen en concepto y estilo, no lo está de una manera tan milimetrada", comenta.
Pese a reconocer no ser "un gran jugador" de videojuegos -"no me suele sobrar mucho tiempo para eso", se excusa-, asegura que le fascinan. "Me parecen muy interesantes a nivel técnico y en cuanto al juego en sí, por esa capacidad de engancharte, de hacer que te olvides de todo para centrarte sólo en la historia que diriges con tus mandos…". Por supuesto, ha jugado a Castlevania, y sí, se ha dejado atrapar por su vampírico mundo, olvidándose incluso de la banda sonora. "Es increíble, toda la música incluida en el juego ha pasado por mis manos, y sin embargo, cuando estoy jugando apenas reparo en ella", confiesa. Lejos de considerar esto una mala señal, defiende que la música debe ser protagonista en su justa medida. "Su cometido es adentrarte de lleno en el videojuego", sostiene.
AUTODIDACTA Ganador de un Grammy Latino por su labor de ingeniería musical en el disco K de Kepa Junkera, en 2004, Krutzaga porta a sus espaldas una vasta y reconocida trayectoria profesional. Tras sus primeros pasos en la escuela de música de Gernika, decidió tomar el sendero del autoaprendizaje, un camino "difícil", reconoce, pero que le ha reportado grandes satisfacciones. "Cuando empecé mi carrera no existían muchas opciones de estudiar producción musical, así que no tuve otro remedio que emprender mi propio camino -recuerda-; no obstante, y aunque hoy día hay opciones educativas muy interesantes, sigo siendo un defensor del método autodidacta: cada uno debe buscar su camino". Y no hay fórmula secreta: "Se halla de una manera: trabajando", asevera.
AMAIA SANTANA
No hay comentarios:
Publicar un comentario