sábado, 27 de abril de 2013

Confort y música para recordar


En "Old sock", Eric Clapton ofrece una vez más versiones personales de grandes clásicos de diferentes géneros.

Eric Clapton nos engañó a todos cuando dejó a la vista la primera pista de Old sock, su nuevo trabajo. Se trató de la canción Gotta get over, el corte de difusión, un rock de guitarras funky, ritmo firme y contundente, con un lindo solo y una letra que habla de redenciones, de retomar caminos olvidados. Además, detalle nada menor, era un tema inédito, escrito exclusivamente para este álbum, lo que hacía presagiar que el guitarrista volvía al ruedo con todo.
Esa cuota de entusiasmo (o para ser más precisos: de expectativa) se desvanece cuando caemos en la cuenta del truco: Old sock continúa en la misma senda de sus discos anteriores, en los que Clapton se dedica a realizar versiones personales de grandes clásicos. Decepciona un poco esa falta de riesgo, pero también hay que reconocer el mérito en la selección del repertorio. Las canciones elegidas le quedan de maravillas a su voz sexagenaria. Probablemente lo más destacable de este disco haya que buscarlo allí, en las interpretaciones, para las que cuenta con algunos invitados premium, como sus queridos y admirados JJ Cale, Steve Winwood y Taj Mahal. Ah, y un tal Paul McCartney, que aporta bajo y voces en All of me.
En Old sock hay blues eléctrico y acústico, folk, momentos jazzy, un par de reggaes. Hay válvulas calientes, arena y palmeras, polvo desértico y asfalto, y todo lleva la estampa de Clapton. Por eso no hay sorpresas, todo suena como uno podría imaginarlo de antemano: prolijo y distendido, pero no por eso falto de sentimiento.
Your one and only man recuerda a la versión claptoniana de I shot the sheriff, Angel y Goodnight Irene nos llevan directo a sus trabajos inmediatamente anteriores a Old sock, la hermosa versión de Born to lose (una perlita firmada por Ted Daffan) no hubiera desentonado para nada en el MTV Unplugged que grabó en la década de 1990, y Still got the blues se perfila como un standard del género gracias a esta adaptación, que reemplaza la guitarra punzante de Gary Moore por el hammond de Winwood. Every little thing, la otra inédita del álbum, contiene un mensaje esperanzador e incluye un coro de niños, pero pierde en la balanza frente a otras canciones del álbum.
Old sock es una posta más en la carrera de Clapton. Una página bonita, aunque no particularmente memorable, dentro del libro que todavía escribe con esmero y dedicación, para bien de los amantes del blues clásico.
José Heinz

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