lunes, 3 de diciembre de 2012

El beatle que no conoció la gloria

Fueron duras las noches inmediatamente posteriores al 16 de agosto de 1962 en el Cavern Club de Liverpool, para una joven banda local de rock llamada The Beatles. "Pete forever, Ringo never" (Pete siempre, Ringo jamás) gritaban los (sobre todo, las) encolerizados fans. Es que aquel día, el grupo había despedido a su baterista original, el muy apuesto Pete Best, y el nuevo tipo que se sentaba tras los platillos, un narigón petiso que se hacía conocer como Ringo Starr, estaba lejos de entusiasmar a los habitués. El primer veredicto del público sobre la nueva formación era lapidario; pocas veces en la historia de la música las tortillas se dieron vuelta de manera más tajante.
A lo largo del tiempo, las biografías sobre The Beatles se han referido a Pete Best (71) como el "beatle original", el "beatle escondido", el "quinto beatle" (inadmisible), el "beatle maldito" o, la más acertada, el "beatle que no fue". Pintún, soso y no muy talentoso, Pete fue el baterista que John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Stuart Sutcliffe (el primer bajista que tuvo la banda) reclutaron de apuro un día antes de viajar a Hamburgo, en esas históricas temporadas donde estos jóvenes ingleses se hicieron músicos y hombres entre pubs de prostitutas, proxenetas, matones y marineros, sexo fácil, anfetaminas de acceso aún más fácil y ocho horas de tocar sin parar. Y cuando las buenas comenzaron a rodar para The Beatles, Pete ya estaba afuera. Calificarlo como el mayor desgraciado de la historia del rock no es exagerado.
Esta semana estuvo en el tapete -debido a una subasta que finalmente no se llevó adelante- una maqueta con trece temas grabados por John, Paul, George y Pete el 31 de diciembre de 1961. Esta grabación, que incluye versiones de Money, Take good care of my baby y Three cool cats, resultó ser histórica. Con ella la banda fue rechazada por la compañía Decca (tras una ya legendaria frase del ejecutivo Dick Rowe: "Los grupos con guitarra tienen los días contados")y aceptada por Parlophone con una condición: hay contrato si cambian al baterista. El flamante mánager Brian Epstein fue quien le mostró a Pete dónde quedaba la puerta.
Además de discreto con la batería, Pete era solitario y poco comprometido con el grupo, incluso en cuestiones estéticas: siguió usando el jopo cincuentero cuando sus compañeros ya se habían pasado al flequillo (foto). Es por eso que, dice la historia oficial, la banda optó por sustituirlo por Ringo, mejor músico y con quien ya existía más empatía. Otras versiones, más cizañeras, resaltan la actitud poco solidaria de Lennon y los demás para con un compañero, y la hipótesis de que todo fue un tema de celos: Pete era más ganador con las mujeres. "Nunca tuve una respuesta clara de por qué me sacaron. Nunca volví a hablar con ellos. Eso fue lo que más me dolió: nunca se disculparon ni fueron a hablar conmigo", señaló Best al diario chileno La Tercera en 2011.
Claro que The Beatles fueron tan grandes que hasta sus miembros frustrados pueden volverse una celebridad. Aparecer en los créditos de una decena de canciones en el Antology I (1995) le permitierón a Pete (casado, dos hijas, cuatro nietos) volverse millonario. Desde el despido más célebre en la historia del rock a hoy, fue panadero, empleado público y, básicamente, exbeatle con derecho a dar cada tanto una entrevista. A partir de los ochenta tuvo sus propias iniciativas musicales, sin mayor suceso, todas girando en torno a su exbanda. El próximo fin de semana estará en Chile -país donde parece tener mucho éxito- para realizar unos conciertos junto con los Beatlemanía, algo así como los Danger Four trasandinos.
De él también se ha dicho que quiso suicidarse; eso habría sido durante el boom de la beatlemanía, entre 1963 y 1965. "Solo tuve depresión", ha dicho más de una vez. Cruel vuelta de tuerca del destino: en la época en que el mundo descubrió a los Fab Four, el más popular era Ringo.
LEONEL GARCÍA

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